Paloma Sánchez: «No me gustaría que hubiera procesiones en septiembre»

–¿Cómo ha vivido la cuaresma y cómo será su Semana Santa?

–Creía que ya lo había vivido todo en Semana Santa. Pero esta cuaresma y esta Semana Santa pasa a la historia por una desgracia que nos supera a todos. Mi cuaresma ha sido de rezar, pero no como otras veces, y la Semana Santa va a ser completamente diferente.

–Una situación que no se vive desde 1936.

–Efectivamente. Ha habido años muy malos y épocas difíciles, pero había un reducto de hermanos que mantenían la Semana Santa, pero este año, como digo, supera todo aquello.

–¿Ha pasado estos días de reflexión con uno mismo como cristiano y cofrade?

–Son días de reflexión, como todo. Es decir, cuando estás en una situación límite o ves todo lo que está pasando, te lo planteas todo. Todo lo demás carece de importancia, aunque eso no quita que oiga la marcha 'Virgen del Amparo' u otras piezas que tienen unas connotaciones importantes para mi familia.

–Un Domingo de Ramos muy distinto para usted y toda su familia.

–Es el primer Domingo de Ramos que yo recuerdo que no voy a estar con mis hijas y con mis nietos. Estaremos conectados a través del ordenador, y aunque estaré con Jesús (su marido), no será igual. Pero hay cosas más importantes, por supuesto.

–¿Qué más anhela de esta jornada?

–Pues asistir junto a toda la familia a la salida de Pollinica, pero hoy estaremos todos muy unidos a través de las redes sociales porque es lo que nos queda. Pero lo más importante de este Domingo de Ramos es que haya menos contagios y menos muertes.

–¿Cree conveniente que se celebren procesiones en septiembre como se ha comentado?

–A mi no me gustaría. Creo que las procesiones tienen que ser en su época. Y si no, sería un parche. También otros opinan que se puede paliar con una procesión magna, pero creo que se devalúa mucho sacar constantemente las imágenes a la calle, salvo cuando haya una efeméride importante.

–¿Qué cree que deben sacar de positivo los cofrades de esta situación actual?

–Es fundamental que los cofrades tengan muy claro que aunque las procesiones, la religiosidad popular, tienen una importancia muy considerable, lo más importante ahora no es sacar sus imágenes a la calle en procesión y cómo emplean las cofradías sus recursos económicos. Hay que poner las cosas en su justo término. Hay mucha gente sufriendo, nos va a llegar una pavorosa recesión económica y los cofrades podemos de alguna forma lamentar que la Pollinica hoy no esté en la calle, pero, insisto, no es lo más importante ahora.

–¿Cómo vislumbra la Semana Santa del año que viene?

–Cuando esta situación mejore y se normalice y los científicos saquen un remedio al coronavirus, estoy segura de que la Semana Santa del año que viene la vamos a vivir con unas ganas... Soy muy optimista por naturaleza y pienso que después de una situación tan horrorosa como la que está pasando ahora mismo, la gente va a salir a la calle con ganas de comerse el mundo. De trabajar, de tirar hacia adelante. Y los cofrades, igual. De ayudar, de sacar dinero para apoyar a la gente que lo necesite. Siempre ha sucedido así tras una gran catástrofe y los cofrades vamos a salir a comernos el mundo. Sobre todo aportarle a la sociedad espiritualmente, pero también económicamente, todo lo que podamos y más.