El malagueño Curro Claros diseña un nuevo terno para la Virgen del Rocío de Almonte

El diseño del 'Traje de Huelva' que ha diseñado Curro Claros está inspirado «en los trajes de corte del Renacimiento que usaban las reinas e infantas españolas de la Casa de Habsburgo y cuyo modelo se siguió para vestir a las imágenes de la Virgen desde esta época hasta finales del siglo XVIII, perpetuándose hasta la actualidad en un sinfín de ejemplos que encontramos por la geografía española», explica el proyectista malagueño, al tiempo que aclara que, en el caso de la Virgen del Rocío, su iconografía sufrió pocas alteraciones con respecto a este patrón. «Tanto en el retablo cerámico de 1696 como en el grabado de 1720, se observa el uso del orofrés en las sayas y en algunas representaciones se le añaden lazos sobre el mismo. Esta costumbre es heredada de los usos de la moda renacentista, en el que este elemento servía para prender joyas en la falda. Debió ser durante los años centrales del siglo XVIII cuando desaparecieron estos lazos, siendo una reminiscencia de los mismos los que anudan los ex votos que se prenden a la saya al ser vestida de viaje para los traslados a Almonte», relata el polifacético artista.

En relación a la simbología de las piezas ideadas para la Blanca Paloma y su Hijo, se incluyen elementos florales como el lirio y el jazmín, que simbolizan la pureza de la Virgen, el myosotis y la amapola, la flor rociera por excelencia. Asimismo, el 'Traje de Huelva' presenta otros ornatos como hojas de acanto, «cuyos bordes espinosos aluden a la pasión de Cristo y los Dolores de María, mediante los cuales se obró la redención humana»; aguamarinas, que, por su color azul, hace referencia a la Inmaculada Concepción de la Virgen y a la bandera de la ciudad de Huelva, que regala este terno; el sol y la luna, usados igualmente en la iconografía de la 'Tota Pluchra', uno de los antecedentes del tema de la Inmaculada Concepción; perlas; y el trigo y la uva para el traje del Divino Pastorcito, ateniendo a la simbología eucarística.

En cuanto al característico rostrillo de la imagen, este presenta dos cenefas de hojilla, con una hilera de pequeñas perlas en su interior que enmarcarán el rostro de la Virgen y servirán de apoyo a un entramado de circonitas y perlas que forman el motivo de la tiara de la Condesa de París. El cuerpo central del rostrillo está ocupado por una ornamentación vegetal bordada. Jazmines y lirios marismeños florecen por todo el perímetro de la pieza, perfilando el contorno en hojilla y rematando con un elegante y fino encaje de oro.

Además, esta pieza también presenta cuatro broches de filigrana en los cuatro puntos cardinales, que enmarcan como cornucopias a unas aguamarinas de leve azul concepcionista, engastadas y rodeadas de circonitas.

Es, por tanto, este traje, en su conjunto, «un revival con el que se recupera una visión de la Virgen del Rocío perdida para el imaginario popular y que viene a actualizar este modelo. Pero hay más: es un canto en su simbología a las verdades de la fe católica y a la devoción que profesamos a Nuestra Señora, así como la adoración profunda a Cristo en su infancia, ofrecido por su Madre al mundo para su salvación», afirma el diseñador. En consecuencia, Curro Claros ha pretendido la recuperación de elementos históricos de la iconografía de la Virgen del Rocío que se perdieron a lo largo del tiempo, «y que concuerdan con la fisonomía renacentista de la propia escultura, que se presenta ante los fieles como una Reina», subraya el artista malagueño.

Según las previsiones el 'Traje de Huelva' que ha diseñado Curro Claros para la Virgen del Rocío estará bordado en 2027. El terno, cuyo soporte, aún por decidir (tisú o seda natural), será de color marfil, está siendo costeado por algo más de un millar de devotos de la imagen.