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La primavera es traicionera en lo meteorológico y ayer volvió a quedar de manifiesto en un Jueves Santo que se rebeló incluso contra las predicciones de los expertos en esto del tiempo, a los que los cofrades acuden en estos días como oráculos a los que encomendarse para tomar la difícil decisión de poner sus cortejos en las calles. Tras un MiércolesSanto en el que la lluvia llegó más tarde de lo anunciado, pareció que las cofradías le perdieron el miedo, avaladas por unos partes meteorológicos que aseguraban que la situación mejoraría a medida que avanzara la tarde. Sin embargo, el frente se reactivó y a las ocho ya dejaba caer una intensa lluvia sobre el recorrido oficial cuando discurrían por él los cortejos de la Sagrada Cena, Santa Cruz y Viñeros.

La Cofradía de la Misericordia tenía en ese momento a su popular Nazareno, El Chiquito, en la calle, dispuesto a tomar Ancha del Carmen, pero tuvo que resguardarlo en su casa hermandad y volver sobre sus pasos. Fue la única hermandad que no pudo efectuar su salida procesional, consciente de que haberla retrasado supondría un perjuicio para los ajustados horarios de este Jueves Santo en el que se veía obligada a discurrir por delante de la basílica de la Esperanza para llegar al recorrido oficial, al no poder transitar por Ordóñez, ocupada por la obra del metro. Finalmente, la lluvia aguó los últimos planes aprobados y la ilusión de los cofrades de la Misericordia, que ya piensan en la salida procesional de 2020 y se quedan al menos con el recuerdo del vía crucis que protagonizó su Cristo en la Catedral el pasado primer viernes de cuaresma.

Aunque la primavera contradijo sus últimas predicciones, no se equivocaba la Agencia Estatal de Meteorología cuando el pasado 25 de marzo pronosticaba al menos dos días con riesgo de lluvia para esta Semana Santa. Por desgracia.

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