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La Archicofradía del Paso y la Esperanza y el bordador y también archicofrade Salvador Oliver han rubricado este martes el contrato de ejecución del nuevo ... manto procesional de la Virgen de la Esperanza, cuyo diseño se debe al proyectista sevillano Javier Sánchez de los Reyes. La elección del taller que realizará la pieza se aprobó hace algo más de cinco meses. En concreto, el nombre del autor del nuevo manto de la Dolorosa perchelera salió del estudio de tres propuestas requeridas por la corporación y puestas encima de la mesa el lunes 25 de noviembre del pasado año con sus correspondientes presupuestos.
La terna la formaron los talleres locales de Manuel Mendoza y de Salvador Olive, ambos hermanos de la archicofradía, y el que regenta Manuel Solano, de Morón de la Frontera. Sin embargo, el cabildo de hermanos se decantó finalmente por Oliver, pero no ha sido hasta ahora, a las puertas de la Gran Procesión de Roma que protagonizarán el próximo 17 de mayo la Virgen de la Esperanza y el Cristo de la Expiración (El Cachorro) de Sevilla, cuando se ha procedido a la firma del contrato para la realización de esta magna obra, que será bordada sobre un soporte de terciopelo color verde que abarcará unos 40 metros cuadrados.
El acto simbólico de la primera puntada, que representa el inicio del proceso de bordado, se llevará a cabo el próximo 18 de junio en la basílica esto es, un mes después de la estancia de la efigie en Roma y justo el día en el que se cumplirán 37 años de su coronación canónica.
Según estima la archicofradía, los trabajos se extenderán durante un plazo máximo de ejecución de cinco años, por lo que podría estrenarse el Jueves Santo de 2030.
El futuro manto procesional de la Virgen de la Esperanza destaca por seguir la tradicional disposición 'a candelieri', Esta composición consiste en un nervio central que divide el conjunto del bordado en dos zonas completamente simétricas y que, además, permite situar todo un complejo repertorio de piezas alusivas a la Virgen, como jarrones rebosantes de flores y conexos entre sí, al estilo de los maravillosos grutescos renacentistas. Y es que no puede obviarse la singular relevancia de las flores para la iconografía y simbología mariana, en la que ensalzan la Inmaculada Concepción de la Virgen. En este sentido, en el diseño se hallan azucenas, azahar, romero en flor, rosas y otras tantas y distintas especies.
Por la especial simbología y relación de las azucenas con la Virgen de la Esperanza, el autor del diseño, Sánchez de los Reyes, les da un lugar privilegiado y visible en este eje central, rememorando directamente el día de la coronación canónica de la Dolorosa, en 1988.
El proyectista sevillano, además, establece un artístico diálogo entre el manto y el trono de la Virgen de la Esperanza, trasladando motivos decorativos del cajillo al bordado, tales como las rosas doradas, que florecen de uno de los jarrones centrales, o las guirnaldas que jalonan la base de los arbotantes.
De igual modo, también dispone estas flores en las cornucopia o, igualmente, llamados 'cuernos de la abundancia'.
Continuando con esta parte central de la composición, hay que destacar el principal motivo que engarza esta pieza con la conocida Virgen malagueña: el ancla. Sobre esta, además, se encuentra el Sol que la efigie luce en su vientre durante los cultos celebrados en su honor el mes de diciembre y que fue diseñado por Eloy Téllez. Este sol, siguiendo la iconografía de la Expectación del Parto o de la Buena Esperanza, alude al mismo Jesús (JHS). En este motivo decorativo se encuentra, por tanto, una referencia directa a la propia advocación de la Santísima Virgen, en su doble iconografía: por la buena espera del parto y por la virtud teologal que es la Esperanza.
En la zona superior, arriba del ancla, dos ramilletes de azahar (irían representados o bordados a su tamaño real), hacen alusión al palio de azahar que cubrió a la Virgen de la Esperanza en 1940.
La composición del resto del dibujo se estructura como ramas de hojas de acanto y roleos que, ingeniosamente, nacen de este pilar central y cuajan de viva decoración floral el conjunto de la pieza.
El diseño central, y que conforma la mayor parte de la obra, se enmarca con una personal cenefa compuesta por la reiteración de este esquema compositivo simétrico de hojas de acanto, romero florecido, como el que se encuentra a los pies de la Virgen, y guirnaldas de flores. Estas mismas guirnaldas de flores son las que Sánchez de los Reyes toma de la base de los arbotantes del trono de la Virgen.
Salvador Oliver, además de su pertenencia a la archicofradía como hermano y capataz del trono de la Dolorosa, es autor de varias piezas del ajuar de la corporación, caso de la túnica morada bordada en oro, diseño de Eloy Téllez, para el Nazareno del Paso (2018) y el manto de camarín de la Dolorosa (de las antífonas), diseño también del Eloy Téllez.
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