Emociones a flor de pie en el Dulce Nombre

Para evocar ese momento se ha recreado la salida simbolizándolo en el encendido de los cirios del altar de Nuestro Padre Jesús de la Soledad y la Virgen del Dulce Nombre. Un instante de gran carga emocional que se ha manifestado en los ojos vidriosos de los hermanos presentes.

Tras el encendido, el hermano de la cofradía Miguel Ángel Soler Maldonado ha cantado una sentida saeta, corroborada por un cerrado aplauso. Ha sido el preludio de las palabras dirigidas por el hermano mayor, Carlos Galiana, a quien al final se le ha quebrado la garganta por la emoción cuando ha dado la orden a los campanilleros de que hicieran sonar las campanillas y se abrieran las puertas del templo, donde un buen número de fieles hacía cola para acceder a la iglesia, como símbolo de que la cofradía salía a la calle.

Desde el cercano colegio, la banda sinfónica de la Trinidad interpretó las marchas 'Divina Pastora' y 'Madre del Dulce Nombre', en un momento de gran intensidad y vibración en el barrio de Capuchinos.

Previamente, el acto se abrió con la intervención del director espiritual de la cofradía, Francisco del Pozo Ávila, quien leyó el pasaje del Evangelio de San Lucas donde se narra las negaciones de San Pedro. A ello siguió el rezo del Padrenuestro y el Avemaría.

Las imágenes titulares de la cofradía están situadas en una de las naves del templo junto a las del Prendimiento. En el caso de Nuestro Padre Jesús de la Soledad, los albaceas han montado un altar donde se recrean dos pasajes bíblicos: la presentación del Señor ante Caifás y las negaciones de San Pedro ante la mujer acusadora. Por su parte, la Virgen del Dulce Nombre ha estrenado el puñal pectoral, donación de una hermana.

Carlos Galiana ha agradecido el apoyo recibido por el párroco y director espiritual de la corporación y ha destacado el minucioso trabajo de los albaceas para montar ambos altares, en especial el del Señor, donde se ha recreado hasta el mármol de un palacio.