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La Cofradía del Rescate comienza, por fin, una nueva etapa, con una junta de gobierno que ha contando con el respaldo del cabildo de hermanos, ... una vez celebradas las elecciones el pasado mes de diciembre. Su hermano mayor es Daniel Gil Gómez (Málaga, 1981), el máximo mandatario que, con su equipo, intentará restablecer la normalidad en esta corporación del Martes Santo, después de los enfrentamientos internos surgidos a raíz de unos comicios frustrados, con impugnaciones y denuncias de por medio –por entonces, se presentaron dos candidaturas, encabezadas por Luis Bustos y Antonio Sastre–, que dio origen a la intervención del Obispado durante los últimos dieciocho meses en los que Pedro Ramírez, exhermano mayor de los Estudiantes, estuvo al frente de la entidad nazarena como comisario.
Daniel Gil es hermano del Rescate desde que nació, no en vano, su familia siempre ha estado vinculada a esta hermandad victoriana. De hecho, su padre, Pepe Gil, que regentó durante muchos años un establecimiento de artículos cofrades en el hoy entorno Thyssen, era sobrino de Antonio Fernández Madera, uno de los reorganizadores de la corporación a finales de la década de los 40 del siglo pasado.
El actual hermano mayor del Rescate, que juró su cargo el pasado viernes, 10 de enero, comenzó su andadura en una junta de gobierno en 2008, primero, como vocal, y después, como albacea general. En 2015 comenzó a salir como hombre de trono de la Esperanza, archicofradía a la que pertenece desde un año antes, y en 2016 se convirtió en capataz de trono de la Virgen de Gracia, cargo que ha mantenido hasta el pasado Martes Santo, en el que pasó a ser mayordomo de trono de la Dolorosa.
-Con la jura de cargos, la Hermandad del Rescate inicia una nueva etapa, que podría ser la más importante de las últimas décadas por todo lo que ha ocurrido. ¿Mucha responsabilidad?
-Pues, sí, mucha responsabilidad. Como dice, puede que sea una de las etapas más importantes que afronte la Cofradía de Rescate, puesto que nunca había tenido ningún problema interno y nunca había pasado absolutamente nada. Digamos que la cofradía no coge una junta de gobierno en unas condiciones normales, pero entre todos seremos capaces de llevarla a buen puerto, porque todos los que componen mi junta de gobierno están capacitados para afrontar esta nueva etapa. Es cierto que hemos entrado con una responsabilidad muy grande. Hay mucho trabajo por delante y hay mucho patrimonio humano que se ha quedado en el camino, así que tendremos que intentar recuperar la cofradía para devolvérsela a los hermanos en las mejores condiciones y para llevarla al sitio que se merece y donde siempre estuvo.
-Dígame la verdad, ¿cómo está la hermandad ahora a nivel interno?
-La hermandad está bien, de verdad. Hay que tener en cuenta que las elecciones han llegado después de un periodo que, digamos, no ha sido normal, en el que hay una junta saliente y otra entrante, que ha ganado las elecciones. Venimos de una intervención y, por tanto, hay muchas cosas que hacer, hay muchas heridas que todavía tienen que cicatrizar. Con el tiempo, estoy completamente seguro de que se cicatrizarán. Pese a esta circunstancia, la hermandad está bastante bien, está fuerte. Esta nueva junta de gobierno afronta estos cuatro años con mucha ilusión. Salimos de este periodo de intervención muy reforzados y con una lección bien aprendida y sabemos cómo y por qué hay que hacer o no las cosas.
-Muchas veces vemos una intervención como algo malo. De hecho, cofradías que han sido intervenidas no han levantado cabeza. En el caso del Rescate, parece que ha habido un buen trabajo, ¿no es así?
-La verdad es que sí. Las intervenciones, normalmente, suelen ser un mal sueño y una mala experiencia para muchas cofradías. Para la Cofradía del Rescate, no es que haya sido algo bonito, porque una intervención nunca es agradable, pero, en nuestro caso, la comisión ha hecho un trabajo de diez desde el primer día al último. Nos ha conducido por el buen camino, ha sabido escucharnos, nos ha animado a hablar las cosas y a pedir perdón. Hemos pasado muchos años juntos y debe prevalecer el amor y el perdón. La comisión ha hecho un trabajo excelente. Ha conseguido reunir una candidatura de consenso y nos ha ilusionado a todos. Por eso, tenemos muchas ganas de trabajar. Ha sido muy importante pedir perdón y ser perdonado por las equivocaciones que hayamos podido cometer.
-Pedro Ramírez, el comisario durante la intervención episcopal, decía que el perdón era el camino para que la cofradía recuperara la normalidad. Usted también lo ha recalcado. ¿Cree que ha sido un perdón verdadero?
-Es que el perdón era muy importante entre ambas partes, pero, gracias a Dios, ya no hay dos partes. Ahora solo existe un único bloque, que es lo que siempre hemos sido. Hemos tenido muchas conversaciones hasta llegar al perdón. Se hacía necesario trabajar en una única línea, en una misma dirección, por el amor a nuestros titulares. Pedro Ramírez y todo su equipo hicieron hincapié en el perdón desde el primer momento. Ahora tenemos una junta de gobierno espléndida, con muchísima juventud, pero también no hay que olvidar el gran trabajo realizado por otros hermanos en años anteriores. Queremos un Rescate en su plenitud total para que los hermanos y el pueblo de Málaga puedan disfrutar de esta cofradía el Martes Santo y, por supuesto, todo el año.
-Imagino que, si se han celebrado elecciones, es porque los hermanos van todos a una. ¿Teme que pueda saltar la chispa de nuevo? Lo digo porque una fragmentación no se corrige de la noche a la mañana.
-Si estas elecciones se han celebrado es porque era lo mejor. Era necesario. Hay propósito de enmienda y entre todos hemos llegado a un consenso, porque la cofradía no podía estar más tiempo parada. La Cofradía del Rescate es muy activa. Siempre ha sido una hermandad innovadora. No podía estar más tiempo en esta situación. Todos los que me acompañan en esta nueva andadura van a una, claro que sí, porque todos queremos lo mejor para la cofradía. Lo ocurrido con anterioridad al 11 de diciembre es historia olvidada. Ahora comenzamos una nueva etapa.
-Sus palabras transmiten ilusión.
-Por supuesto que estoy ilusionado. Es cierto que no entraba en mi pensamiento ser hermano mayor ahora, Quizá lo hubiera pensado más adelante, pero así han venido las cosas. Posiblemente, no he llegado en el mejor momento, pero me he presentado y he sido elegido. Nuestro Padre Jesús del Rescate y Nuestra Señora de Gracia me han iluminado el camino. Estoy muy motivado. Piense que nací en la hermandad; he nacido en la calle Agua. Mis 44 años de edad son mis 44 años de pertenencia a esta cofradía. He crecido entre los varales de los tronos cuando la casa hermandad era la que hoy tiene la Humildad. La devoción por los titulares se la debo a mi padre, que siempre me llevaba con él. He cogido el testigo. Ser hermano mayor es un reto ilusionante, es un sueño para alguien que ha nacido dentro de la hermandad. Me motiva mucho, sin duda, pese a que no esperaba estar al frente en este momento concreto, pero voy a trabajar con ahínco para que el Rescate siga creciendo en todos los aspectos.
-¿Ha sufrido mucho por todo lo que ha ocurrido en su hermandad?
-Bueno, han ocurrido unas circunstancias que, lógicamente, no son agradables. ¿Sufrimiento? Esas cosas prefiero quedármelas para mí, no airearlas, porque, al fin y al cabo, lo pasado, pasado es, lo sufrido, sufrido está. Ahora estamos dándolo todo, sacando la hermandad adelante y con muchas ganas.
-¿Quién le animó a presentarse a hermano mayor?
-Pedro Ramírez, el comisario durante la intervención de la hermandad, tiene la culpa en parte (risas). Es cierto que había pensado presentarme, incluso, si también había otro candidato, pero Pedro y su equipo me animaron, sobre todo, tras verme trabajar durante la cuaresma pasada. También ha influido mi trato con los hermanos y mi cercanía con estos. He de decir, igualmente, que Juan Diego Bustos, mi primer teniente hermano mayor, siempre ha estado a mi lado, lo mismo que yo al suyo, y tuvimos una cuaresma bastante buena. Él tiene también gran parte de responsabilidad del buen funcionamiento que hemos tenido. Cuando nos sentamos a hablarlo, él me dio su apoyo total para que formásemos una candidatura con muchos hermanos jóvenes para sacar la cofradía adelante. Pedro Ramírez y Juan Diego Bustos me apoyaron a tomar esta decisión.
-¿No se le pasó por la cabeza que podía ser un marrón?
-Pues sí que lo he pensado, porque la cofradía no salía de una situación normal, sino de una intervención por unos problemas que sucedieron. Lo he pensado y sigo pensando que es un marrón, pero alguien tenía que encabezar la cofradía. Quienes me acompañan en la junta permanente decidimos que, entre todos, podíamos sacar la hermandad adelante. Los marrones no son para el hermano mayor y también para la junta de gobierno, así que, entre todos, los solventaremos.
-Me comentaba que su junta de gobierno es muy joven. ¿La juventud está preparada para sacar adelante una cofradía que estaba dañada?
-Confío plenamente en mi junta de gobierno. Aunque seamos jóvenes, tenemos ya experiencia, porque, al igual que yo, muchos de ellos también han nacido en la hermandad o han llegado de niños a la cofradía. Así pues, tenemos experiencia, pese a la juventud, y tenemos entusiasmo y ganas de trabajar por la cofradía. No cabe duda de que sacaremos adelante la hermandad.
-¿Va a contar con los dos candidatos anteriores con los que surgió la polémica?
-Sí, voy a contar con los dos candidatos anteriores, Antonio Sastre y Luis Bustos. En su momento fueron rivales, digámoslo así, ya que formaron dos candidaturas distintas, pero, una vez pasado todo, trabajaron juntos durante la intervención y me mostraron su apoyo para que diera el paso. Van a estar para ayudarnos en lo que necesitemos. Tenemos el ofrecimiento de ambos. Después de lo sucedido, es de admirar que los dos hayan decidido dar un paso al lado para dejarnos a nosotros dar un paso al frente. Supone una tranquilidad poder contar, también, con el apoyo de los dos. Son pilares fundamentales.
-¿En qué va a trabajar durante los próximos cuatro años?
-El principal objetivo es recuperar el patrimonio humano perdido en este último año y medio. Se han quedado fuera mucha gente importante y jóvenes que estaban ahí y, por la situación en la que se encontraba la hermandad, han decidido no involucrarse, porque no se sentían cómodos. Y los entiendo, pero vamos a intentar recuperarlos. Hay que darle cariño al hermano, porque todos son importantes.
-Hablamos de proyectos patrimoniales.
-Queremos acometer la finalización de las cartelas del trono del Señor del Rescate, que se empezaron a realizar antes de la pandemia, por parte del imaginero Manuel Martín Nieto, quien también restauró el grupo escultórico. Se hicieron tres, las delanteras, y faltan nueve. El artista tuvo un accidente y se paralizó el proyecto. Ahora, una vez que hemos tomado posesión de los cargos, hablaremos con él. No sé si finalmente las tallará Martín Nieto u otro artista, quizá de Málaga. Ya veremos. También queremos restaurar la imagen de la Virgen. Aunque, aparentemente, está bien, en realidad está bastante deteriorada. No es un deterioro alarmante, pero sí hay que restaurarla lo antes posible.
-El cabildo de hermanos ya aprobó, en mayo de 2022, la restauración de la Virgen. La idea, antes de que estallara todo, era el trabajo lo haría Enrique Gutiérrez Carrasquilla, que ya restauró la imagen del Señor dos años antes. ¿Es la opción que barajan?
-Efectivamente, la hermandad tiene un presupuesto de Carrasquilla, quien ya hizo un estudio de la imagen, pero la decisión definitiva no está tomada. Es un tema que tenemos que ver próximamente.
-Además de la restauración de la Virgen, ¿hay algo que precise mayor atención? La restauración de la capilla, por ejemplo, también se ha quedado en 'stand by' desde entonces. Recuerdo que la cofradía informó en su día que había humedades, grietas, tanto en el interior como el exterior de la capilla, el suelo se había levantado y hubo desplazamientos estructurales, entre otros desperfectos, a consecuencia de las filtraciones de origen freático o de obras realizadas en la calle en los últimos años.
-Pues sí, la mayor atención es para la capilla. Está muy, muy deteriorada. Estamos pendientes de que se pueda restaurar. Tenemos la subvención del Ayuntamiento y de la Junta de Andalucía, como edificio BIC (Bien de Interés Cultural), pero estamos a la espera de la vuelta de una documentación. Ahora mismo está paralizada la restauración por temas burocráticos, pero, vamos, que están las subvenciones y vamos a retomar el proyecto, porque la capilla es la casa de nuestros titulares. Es el faro de la Victoria, como siempre la hemos llamado, por donde pasa mucha gente cada día. Los vecinos, todos aquellos que pasan por allí, se detienen a ver a Jesús del Rescate y la Virgen de Gracia. Es un gran patrimonio de la hermandad, pero también de la ciudad. Asimismo, tenemos que arreglar la casa hermandad, el tejado. Es un tema más secundario, pero hay que realizar esos trabajos.
-¿Cómo le gustaría que fuese su hermandad durante su mandato?
-Como ha sido siempre. Quiero que sea una hermandad dinámica, que sea una familia, en la que todo el mundo tenga cabida y su sitio. Que todo el mundo se sienta querido e importante. Eso es lo que quiero para mi cofradía
-¿Qué es lo mejor que tienen las hermandades?
-Si esta pregunta se la hace a cualquier hermano mayor o a cualquier hermano involucrado, le respondería lo mismo: las personas. Sin los hermanos, las cofradías no serían nada.
-¿Qué les sobran a las cofradías hoy día?
-A las cofradías le sobran personas que solo miran por ellas, que, prácticamente, están en la hermandad por un puesto, un cargo, y que, si no son el centro de atención, no son felices, no están a gusto. Le sobran personas con el ego muy alto, que se creen por encima de los demás. Aunque las cofradías las gobiernan personas que ocupan cargos, todos los hermanos deben ser iguales.
-A poco más de tres meses del Martes Santo, imagino que estará un poco agobiado, porque ya deben empezar los tallajes, el reparto de papeletas de sitio...
-Es cierto que vamos un poco justos de tiempo, aunque no estoy agobiado, porque, prácticamente, somos los mismos que ya estuvimos preparando el pasado Martes Santo. Tenemos todas las túnicas limpias, al igual que los enseres y los tronos.
-¿Los cultos del Señor, la próxima cuaresma, seguirán celebrándose en el santuario de la Victoria?
-El Señor lleva varios años subiendo al santuario de la Victoria y, si Dios quiere, este año también se celebrarán sus cultos allí. Y la idea es que la Virgen también tenga sus cultos en la basílica de la Patrona. Tenemos que hablar con la parroquia para cuadrar fechas.
-Aunque acaba de aterrizar, ¿la cofradía mostrará algún estreno el próximo Martes Santo?
-Estrenos patrimoniales no habrá, porque no los ha habido en este último año y medio. Bueno, va a estrenar junta de gobierno (risas). Gracias Dios, ha salido todo bien. Hemos desbloqueado la hermandad y eso es lo que va a estrenar la Cofradía del Rescate: una nueva junta de gobierno con muchísima ilusión y con muchas ganas de trabajar por la hermandad y por sus hermanos, que se merecen que la cofradía vuelva a la ansiada normalidad.
-Tampoco hay cambios en las formaciones musicales, supongo. ¿Y en el recorrido?
-Las bandas serán las mismas: en cabeza irá la de cornetas y tambores Vera Cruz de Almogía, detrás del Señor, la agrupación musical San Lorenzo Mártir, y acompañando a la Virgen, la banda de música Vera Cruz de Almogía. Estamos muy satisfechos con las tres bandas que llevamos en los últimos años. En cuanto al recorrido, tampoco habrá modificaciones.
-Seguro que después de tanto sufrimiento, y tras un largo periodo de intervención episcopal, saldrá algo positivo de todo esto, ¿no cree?
-Claro que sí. Después de tanto sufrimiento, hay que celebrar el reencuentro. También hemos aprendido mucho este año y medio de intervención. Ha servido de aprendizaje, sobre todo, de cómo hay que hacer las cosas y de lo importante que es sentarse a hablar. Hay que hablar mucho y compartir las inquietudes, problemas o dudas que puedan surgir. No es bueno dejarse las cosas dentro. Hay que hablar, es fundamental.
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