El Obispado autoriza el cambio de sede de la Hermandad de la Cena

«Antes de abrir los Santos Mártires, hablé con mi director espiritual y le expliqué la situación de la hermandad. Nuestros estatutos, hasta el momento, pone que nuestra sede es la iglesia de los Mártires y él me dijo que estuviéramos ya en Santo Domingo, ya que tanto él como el párroco de Santo Domingo estaban de acuerdo en que la Cena estuviera en el templo de El Perchel. Pero, claro, estoy a la espera de que el Obispado, de forma oficial, me diga que mi sede es ahora Santo Domingo», advertía el hermano mayor de la Cena, Rafael López Taza, pasada la Semana Santa, en una entrevista concedida a SUR. Sin embargo, este largo episodio transitorio culminó felizmente para la Hermandad de la Sagrada Cena el pasado jueves, 9 de junio, con la aprobación, por parte del Obispado, del cambio de sede de la hermandad.

Por tanto, desde ahora, la corporación pasa a radicar, ya de forma oficial, en la parroquia de Santo Domingo, donde llegó en enero de 2020, con motivo de las obras de rehabilitación de los Mártires. En este sentido, la cofradía califica de «hecho histórico» este traslado de residencia canónica, el cuarto desde que se fundó en 1924, tras pasar con anterioridad por el santuario de la Victoria, la capilla de la explanada de la Estación y el templo de los Mártires, donde pasó a residir en 2009, después de permanecer las imágenes desde 2005 en la casa hermandad de la calle Compañía, una vez derribado el oratorio de la Estación.

Establecida canónicamente ya la cofradía en Santo Domingo, las imágenes seguirán ocupando, como hasta ahora, la antigua capilla de la Esperanza, espacio donde recibían culto el Nazareno del Paso y la Virgen de la Esperanza hasta la construcción de su basílica y que la archicofradía, propietaria de la capilla, cede a la Cena mediante un documento «firmado por la Archicofradía de la Esperanza, la Hermandad de la Sagrada Cena y el párroco de Santo Domingo, todo lo cual queda enmarcado y guiado por el Obispado de Málaga», dice la nota de prensa remitida por la corporación que dirige López Taza.

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De igual modo, la Sagrada Cena agradece el gesto del obispo de la diócesis, Jesús Catalá, a la hora de conceder su beneplácito, ya que «sus palabras de cariño y afecto han sido notorias y siempre en pro de mejorar y formar la comunidad cristiana malagueña», así como al vicario general Antonio Coronado, «quien ha tenido a bien concedernos esta solicitud sustentada por el cabildo de hermanos. Gracias a sus directrices, siempre muy acertadas, hemos conseguido alcanzar nuestros propósitos como cristianos vivos en la certeza de Jesús Sacramentado, Pan de Vida que nos alimenta y completa nuestra vida», dice el comunicado, que concluye con palabras de gratitud para el delegado episcopal de Hermandades, Salvador Guerrero, los párrocos de los Mártires y Santo Domingo, Felipe Reina y Antonio Jesús Carrasco, respectivamente, y, por supuesto, para la Pontificia y Real Archicofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso y María Santísima de la Esperanza Coronada, «por su colaboración para con la hermandad desde el primer momento en el que llamamos a su puerta. No nos cabe duda de que la esperanza que pusimos en que nos abrieran sus puertas y nos dejaran dar el primer paso hacia el que es y seguirá siendo su templo, fue el motor que hizo posible aquella cesión del año 2020. En esta ocasión, nos obsequian, como siempre, con su generosidad propia de la hermandad que son», subraya el comunicado de la hermandad.

El cabildo de hermanos de la Cena aprobó por mayoría absoluta, sin ningún voto en contra, el cambio de sede el 20 de julio de 2020.