Peñalba de Santiago, explosión mozárabe en tierras leonesas

Este coqueto pueblo fue declarado Conjunto Histórico, Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Etnológico y además forma parte de la red de Los Pueblos Más Bonitos de España. La quietud y el silencio se apoderan de un rincón donde el devenir de los turistas se mezcla con los quehaceres cotidianos de los habitantes del pueblo, tan solo 21 censados.

La tranquilidad manda, ya lo hacía hace siglos cuando los monjes encontraron en esas tierras el paraíso perfecto para asentarse. Ahora está considerado como el corazón espiritual de la región, un viaje a la Edad Media entre el siempre presente verdor de los montes colindantes, la excelente gastronomía local y las hermosas vistas que regalan sus miradores.

Así fue construido su anárquico trazado, pues tanto suelos como muros y fachadas exhiben la piedra por los cuatro costados. Tampoco faltan materiales como la madera y la pizarra, el primero de ellos aparece en balconadas y vigas, el segundo lo hace en los tejados. Peñalba de Santiago es el ejemplo más puro de arquitectura rural berciana, recorrer cada una de sus calles es toda una experiencia, ejercicio obligatorio para todo visitante que hasta allí se acerca.

Pero, si hay algún edificio realmente emblemático ese es la Iglesia de Santiago, una de las joyas de la arquitectura mozárabe del siglo X de la Península Ibérica. Declarada Monumento Nacional, esta milenaria construcción religiosa es también uno de los enclaves culturales y monumentales más destacados de la zona.

Turismo rural, cultural, histórico, de naturaleza o gastronómico, en Peñalba hay actividades para todos los gustos. En los últimos trabajos de restauración salieron a la luz pinturas originales de la época califal, únicas en España. Ofrece además gran variedad de rutas de senderismo de todo tipo de dificultades y para todas las edades, entre las que destaca la de la Cueva de San Genadio.

En cuanto a su gastronomía se refiere destacan las recetas típicas y tradicionales de la zona que han ido pasando de generación en generación hasta la actualidad y que se trabajan a la perfección en cualquiera de sus restaurantes. Productos de excelente calidad como son embutidos, manzanas reineta y peras de conferencia. Platos elaborados como pimientos asados, empanada berciana o guisos tradicionales. Además de frutos silvestres, castañas y nueces.