Quédate en España: siete destinos poco conocidos con encanto para viajar cuando acabe la cuarentena

¿Quién diría que en el corazón de una pequeña localidad extremeña de menos de 2.000 habitantes se haya un imponente monasterio Patrimonio de la Humanidad? En Guadalupe, provincia de Cáceres y muy cerca de la frontera con Toledo, los Reyes Católicos ofrecieron a Cristóbal Colón las carabelas que le llevarían a América y más tarde se bautizarían también en la población a los primeros americanos que llegaban a Europa, recuerda el portal de viajes. Se trata de un pueblo con encanto que al igual que el resto de Extremadura, merece ser visitado tras la cuarentena.

Aunque muchos giren la vista a la famosa Cudillero, la cercana Luarca ha sabido mantenerse entre el mar y la montaña para disfrute de todos. Escuchar el agua transcurrir por el río Negro que divide la localidad o descubrir sus callejuelas estrechas hasta llegar a la Rula, o lonja de pescado, es un lujo al alcance de todos los que quieran disfrutar de los rincones de nuestro país.

El azul del Mediterráneo y los paisajes escarpados son la seña de identidad de la Costa Brava, donde el encanto reside en pequeños pueblos costeros como El Port de la Selva. La Cala Tavallera, de más de 130 metros de longitud pinta el paisaje a los turistas que pueden complementar su estancia con una visita al espectacular Monasterio de San Pedro de Roda, ejemplo de la arquitectura románica y con una historia que merece ser conocida.

Uno de los castillos más antiguos y mejor conservados de Europa (Fortaleza de Burgalimar, construida en el Siglo X d.C) domina el paisaje en esta pequeña localidad de la provincia de Jaén. Las callejuelas empedradas que llevan al castillo sorprenden a propios y extraños con unas vistas mágicas de la Sierra Morena. Visitantes que pueden complementar su visita alojándose en alguno de los palacetes-hotel o casas rurales que dispone la localidad.

Antigua capital de Lanzarote, en esta acogedora localidad canaria los visitantes podrán descubrir el Museo de la Piratería y probar productos locales en su conocido mercadillo. Además, los visitantes tienen la opción de dormir en alojamientos únicos como un domo o burbuja en mitad de la naturaleza

Esta localidad vive a espaldas de la playa, pero tampoco la necesita. Casas encaladas, a un paso de Doñana… Además es cuna de la tradición perdida del 'traje de cobijada' que confundido con un burka es herencia del pasado islámico de la localidad. Vejer es un destino perfecto para dar esos paseos que ahora añoramos y que volveremos a hacer dentro de poco.

El Parque Natural de Somiedo, Reserva de la Biosfera, brilla por su tranquilidad e impresionantes paisajes. Un lugar privilegiado para descansar y hacer actividades al aire libre, y donde aún es posible descubrir cómo vivían nuestros antepasados. Los visitantes podrán acercarse al pueblo ejemplar de Villar de Vildas, una pedanía con las tradicionales Brañas, o espacios con cabañas habitables y pesebres donde se pastoreaba en la antigüedad.