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Vuelve la Escapada Aérea para seguir proponiendo alternativas de viajes a destinos a los que se puede llegar en vuelo directo desde el aeropuerto de ... Málaga. Cada semana se dará a conocer de forma muy práctica alguna de esas 156 ciudades con las que las aerolíneas conectarán sin escalas este verano la Costa del Sol. Retomamos esta sección facturando la maleta para viajar a Cracovia, la capital turística de Polonia y una de las ciudades más visitadas de Europa. Las razones de este éxito son múltiples, pero se resumen en que es una urbe que cautiva, sorprende y conmueve a la par. Es una ciudad moderna, con un largo listado de reclamos históricos, entre otras cosas porque durante las dos guerras mundiales no sufrió grandes daños y en 1978 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que también la reconoció como «ciudad literaria» destacando su amor por la literatura y sus numerosas librerías y cafés literarios.
Aerolíneas que vuelan a Cracovia desde Málaga
Compañía Aérea Dos aerolíneas mantienen varias conexiones a la semana, casi que completando la misma, entre Málaga y Cracovia. Se trata de las compañías de bajo coste irlandesa Ryanair y la húngara Wizz Air.
Duración del vuelo El trayecto en avión entre la Costa del Sol y la ex capital polaca tiene una duración de tres horas y cuarenta y cinco minutos.
¿A qué precios? Aunque es conocido que las tarifas de los billetes de avión fluctúan casi que a diario y que es posible encontrar precios bajos tanto formalizando las reservas con mucha antelación como con compras prácticamente horas antes de partir, en una búsqueda reciente es posible viajar desde Málaga a Cracovia por 120 euros saliendo el próximo 25 de junio para volver el 29 de junio.
Para ir del aeropuerto a la ciudad. Las instalaciones aeroportuarias bautizadas con el nombre del Papa Juan Pablo II, que nació en Cracovia, están situadas en la localidad de Balice, a unos once kilómetros del centro de la ciudad. Es un aeropuerto muy bien conectado con la capital por transporte público. La mejor opción es el tren, que conecta directamente con la terminal de Llegadas a través de un puente peatonal que hay junto al aparcamiento de vehículos particulares. Los trenes salen desde hacia la Estación Central de Cracovia cada media hora y el trayecto dura apenas 20 minutos. El coste es de 17 eslotis (3,96 euros) por trayecto y sin coste adicional por equipaje. El billete se puede comprar en las máquinas del aeropuerto, en las de la estación de tren o directamente a bordo. No es necesario reservarlo con antelación y se puede pagar con tarjeta. Si quieres optar por desplazarte en autobús debes tomar las líneas 209 y 300, con una frecuencia de paso de unos 20 ó 30 minutos. Si llegas de noche, está la alternativa de un bus nocturno, el 902, que funciona entre las 23.00 y las 05.00 de la mañana, con salidas desde el aeropuerto cada hora. El billete estándar, que te permite viajes ilimitados en autobús durante 60 minutos y cuesta 6 eslotis, es decir, 1,40 euros.
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Qué comer: Cracovia ofrece también una amplia experiencia gastronómica con una cocina rica en sabor con influencias de Europa del Este y de tradiciones culinarias alemanas, rusas y húngaras. No te puedes perder los clásicos pierogies, o bolitas de masa al vapor rellenas de diferentes maneras, aunque el típico de esta ciudad es con puré de patata, queso y cebolla. También hay que degustar el bigo, un estofado sustancioso y gran aliado en días de frío. Así como el golabki, una comida sana a base de rollos de col rellenos de arroz y carne, en salsa de tomate. En tu visita a Cracovia debes probar también la clásica sopa polaca de harina de centeno y carne, conocida como Zurek y la Zapiekanka, el panini de pizza polaco, así como el Placki ziemniaczane, unas tortitas de patata. En este recorrido gastronómico no puedes olvidar los obwarzanek, una variante más grande de los conocidos bagels. En el postre no puede faltar el Pączki, una especie de berlinas rellenas de mermelada de ciruelas y hojas de rosa, entre otros ingredientes, acompañado del licor típico de la ciudad, el Nalewka, una bebida destilada que contiene entre un 40 y un 45% de alcohol y se hace macerando varios ingredientes alcohólicos como el vodka o el licor.
Dónde comer: Hay que partir de la base de que comer en Cracovia es bastante asequible y más cuanto más te alejas de la Plaza Mayor. La lista de lugares en los que disfrutar de la gastronomía local es muy larga, pero como singulares estaría el restaurante Sąsiedzi, ubicado en un pintoresco sótano del barrio judío de Kazimierz y con una arquitectura del siglo XIX. Otro icono es Wentzl, un establecimiento cerca de la Plaza del mercado de Cracovia que data del año 1792. Sin embargo, no menos bien se come en numerosos puestos callejeros como los situados en la Plac Nowy o en Judah Food Market. Sin olvidar que no puedes dejar de visitar algunos de los populares Bar Mleczny o bares de leche que son restaurantes donde sirven menús y platos de comida tradicional polaca a un precio muy económico. Hay que recordar que su nombre viene determinado por sus orígenes. Surgieron en el siglo XIX como bares que ofrecían comida económica a los obreros y a la gente sin recursos. Entre los más conocidos están Milkbar Tomasza y el bar mleczny Pod Temidą.
¿Qué no te puedes perder?: Cracovia, al sur de Polonia y cerca de la frontera con la República Checa, ofrece al visitante un centro medieval muy cuidado, un casco antiguo que enamora, numerosos rincones que sorprenden por una arquitectura con fachadas de color pastel, y el conmovedor barrio judío o Kazimierz, del siglo XIV, que es en la actualidad una de las zonas con más ambiente. Nada que ver con un pasado en el que llegó a estar abandonado durante la ocupación nazi por el traslado de la población judía al gueto Podgorze. Fue a partir del rodaje de la película La Lista de Schindler cuando se le dio un impulso hasta convertirse en un imprescindible a visitar, incluyendo un recorrido por las sinagogas, la Plaza Nowy, la Basílica del Corpus Cristi y la calle Szeroka, que alberga el monumento a Jan Karski, un mensajero clandestino del gobierno polaco en el exilio que entregó evidencias del asesinato masivo de los judíos y reveló al mundo el secreto de los campos de exterminio nazis. Cracovia es una ciudad marcada por su historia. Desde su poderío como capital de Polonia que fue desde 1038 hasta 1596, cuando la capitalidad se trasladó a Varsovia, hasta la etapa negra de la ocupación nazi de la ciudad. Esta huella se deja sentir al descubrir el corazón de la urbe, la Plaza del Mercado Viejo, considerada una de las plazas más bonitas del mundo, con la Lonja de los Paños, la Basílica de Santa María, de estilo gótico del siglo XIV, la iglesia de San Adalberto o la Torre del Antiguo Ayuntamiento. Además, en el subsuelo se localiza el Rynek Underground, el museo subterráneo más grande de Europa que relata el pasado medieval de una ciudad ahora rodeada por el parque Planty y los restos de las murallas medievales de la ciudad con la icónica Puerta de Florián. Otro imprescindible a visitar es el imponente Castillo de Wawel, situado en una colina en el centro de la ciudad que fue la antigua residencia real. Construido en el siglo XIV, y de estilo renacentista, alberga entre otros lugares de interés el Museo Catedralicio Juan Pablo II. La Catedral, con mil años de historia; la calle Grodzka, que formaba parte del Camino Real; la Plaza Maly Rynek, en la parte trasera de la Basílica de Santa María; el Collegium Maius, donde estudió el famoso astronómo Nicolás Copérnico; o la Barbacana, una fortificación circular, son lugares que hay que descubrir. Estando en Cracovia es aconsejable también salir de la ciudad para hacer unas excursiones al campo de concentración de Auschwitz y las Minas de Sal de Wieliczka.
Compras: La principal arteria comercial de la ciudad, que transita desde el este de la Plaza del Mercado hasta la puerta de San Florián, es la calle Florianska, donde además de la actividad comercial concentra locales emblemáticos como el Jama Michalika, que es un punto de reunión de artistas; la Casa de Jan Matejko, famoso pintor polaco; o el famoso Museo de la Farmacia. Para comprar recuerdos típicos de la ciudad, la calle Grodzka es uno de los mejores lugares. Se encuentra junto con la Lonja de los Paños. En estas compras no pueden faltar los productos de ámbar.
Los más pequeños podrán disfrutar a lo grande en un paseo por el parque Planty, uno de los pulmones verdes de la ciudad. También se divertirán cruzando el singular puente peatonal del Padre Bernatek en el que sorprenden las nueve esculturas acrobáticas que desafían la gravedad y que se llegan a balancear con el viento. Pero lo que recordarán para siempre es la experiencia de despertar al dragón. Se trata de la primera leyenda de Cracovia que deben conocer los pequeños de la casa al viajar a la ciudad y que deben descubrir al visitar la Cueva del Dragón de Wawel, que se abre entre mayo y octubre, y en cuya salida hay una escultura que lanza llamaradas.
Cracovia es una ciudad fácil de descubrir a pie dado que los principales reclamos están muy cerca unos de otros. Pero además cuenta con un transporte público, compuesto por tranvías y autobuses, accesible y eficiente. Como consejo es recomendable comprar billetes de 24 horas, tres días o una semana. Los mapas del transporte público están disponibles en la página web de la MPK (Compañía Municipal de Transporte Urbano) www.mpk.krakow.pl
Buen viaje.
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