Blanca Portillo acaba con el mito y trae al Don Juan Tenorio antihéroe

"Tenorio no es un héroe. Es alguien que huye de su propio vacío, llevándose por delante todo aquello que se cruce en su camino. No es un luchador en busca de un mundo mejor, de un cambio en el sistema, no es un buscador de belleza. Tenorio es hoy el vivo retrato del desprecio por los demás", afirma Blanca Portillo, que ya asombró a los mandos de La avería, de Dürrenmatt, un montaje que se vio en el Cervantes en 2011, y que regresará al teatro municipal en su rol de intérprete en junio con El testamento de María.

Luciano Federico, Francisco Olmo, Daniel Martorell, Alfonso Begara, Alfredo Noval, Miguel Hermoso, Raquel Varela, Tania Watson, Beatriz Argüello, Rosa Manteiga, Ariana Martínez y Eva Martín acompañan a José Luis García-Pérez, Juanma Lara y Eduardo Velasco en el reparto. Los dos intérpretes malagueños presentaron esta mañana en rueda de prensa la llegada al Teatro Cervantes de este Don Juan Tenorio, una "grandiosa producción, con 15 actores y un equipo técnico de altísimo nivel", en la que la revisión del clásico de Zorrilla abordada por Portillo está "llena de verdad", según comentaron Lara y Velasco.

"Blanca quería acabar con el mito y decir claro que el que la hace la paga", afirmó hoy Juanma Lara (el 'comendador Gonzalo de Ulloa' en la ficción), que apuntó algunas claves de lo que veremos jueves, viernes y sábado en el Teatro Cervantes: se suprimen tópicos insertados en nuestra memoria (por ejemplo, el sofá desde donde Doña Inés escucha la archiconocida declaración de Don Juan), se respeta el texto, verso y sinalefas incluidos, y se ahonda en la psicología de todos los personajes. Además, abundó Lara, se llena el escenario de verdad: "el propósito de Blanca era que cuando hay violencia debe sentirse la violencia, en las miradas, en los silencios, en los gestos, en las luchas, en las muertes". Con ello, la directora ha armado una obra plenamente contemporánea en el mejor sentido del concepto, arguyó Velasco ('Marcos Ciutti'); esto es, adaptando un clásico para retratar lo que nos aqueja hoy en día, para contarnos que "el arquetipo de Don Juan no es algo que fue, sino que, desgraciadamente, es algo que sigue siendo". En este sentido, los dos actores malagueños hicieron paralelismos entre ese canalla que mata, viola, vende y secuestra mujeres y actitudes de hoy en día como los insultos que se profieren en un estadio de fútbol a una chica acosada por su novio.

El montaje

Juan Mayorga ha preparado una versión extremadamente respetuosa del texto, puliendo ligeramente algunos pasajes, y Portillo ha acercado la acción a un tiempo actual en el que se enfrentan dos bandas, la de Luis Mejía y la de Juan Tenorio. Todo está envuelto en una monumental producción (Avance Producciones Teatrales junto a la Compañía Nacional de Teatro Clásico y el Teatro Calderón de Valladolid) con un impactante trabajo escenográfico y visual de tinte minimalista y un numeroso elenco que incluso interpreta música en vivo (Eva Martín canta un tema de Pablo Salinas, autor de la música original).