Pamela Anderson: «Sabía que era capaz de hacer mucho más»

Ser un icono sexual en los 90 lo pagó caro. Tras los 110 episodios de la serie que la hizo inmensamente popular en todo el mundo protagonizó 'Barb Wire', la adaptación de un cómic con la que pensaba convertirse en una heroína de acción, la versión femenina de los personajes de Stallone y Schwarzenegger. Obtuvo el Razzie a la peor actriz debutante. Después encontramos en su filmografía 'Scooby-Doo' y 'Borat', en las que se interpreta a sí misma, y un brevísimo cameo al principio de 'Scary Movie 3'.

Un par de documentales en los últimos años habían devuelto a la actriz a la vida pública. Su carrera se fue al garete por culpa de un vídeo de contenido sexual que protagonizó junto al primero de sus seis maridos, el rockero Tommy Lee. Fue el primer vídeo viral de la historia en 1995, antes de que internet entrara del todo en nuestras vidas. Anderson y Lee no vieron un solo dólar, pero se calcula que las distribuidoras de vídeo para adultos ganaron 77 millones de dólares solo en un año.

Hija de un deshollinador alcohólico y jugador de póquer y de una madre que dejaba a su marido pero siempre acababa volviendo, Pamela Anderson era carne de 'reality shows' y aparecía en películas como 'Dos rubias muy rubias' y 'City Hunter y el perfume de Cupido' hasta que la directora Gia Coppola, nieta de Francis y sobrina de Sofia, le brindó el papel de su vida en 'The Last Showgirl'. La última película a concurso en el Zinemaldia narra el drama crepuscular de una bailarina de 50 años, que se enfrenta al ocaso definitivo de su carrera como integrante de un espectáculo en Las Vegas, a la vez que debe replantearse su relación con la hija a la que abandonó para poder desarrollar su vocación en el mundo de las lentejuelas. En el reparto encontramos a Jamie Lee Curtis como una curtida camarera de casino, también en retirada.

Tal como hizo 'El luchador' con Mickey Rourke y 'The Whale' con Brendan Fraser, 'The Last Showgirl' aprovecha la leyenda negra que rodea a su protagonista para arrumbar el mito y resucitar a la actriz. Tras años de descrédito profesional y cosificación por su físico, Anderson saca chispas a un personaje que se ve expulsada de una industria machista que solo valora la belleza y la juventud. Como el cine que ha conocido la estrella del eterno bañador rojo de 'Los vigilantes de la playa'.

«Me encantó el papel, me tocó de cerca. Nunca me habían ofrecido un papel así, me atrajo la relación entre madre e hija», agradeció la actriz con una inesperada voz dulce y quebrada. «He dudado de mí misma y los demás también, pero tienes que mantener la llama viva y creer en ti, porque es fácil clasificar a alguien. Esta es una película rodada en 18 días, una obra de amor». Su agitada vida, confirmó, la ayudó a preparar el personaje. «Me veo cerca de él. Desde 'Playboy', 'Los vigilantes de la playa', mis matrimonios, mis hijos... Todo eso me ha ayudado a preparar el papel, por supuesto. Siempre he sabido que era capaz de hacer mucho más, quizá esta era la única oportunidad de hacer un papel así».

Madre de dos hijos que tuvo con Tommy Lee, condenado a seis meses de cárcel por maltratarla, la ex del cantante Kid Rock y del jugador de póquer profesional Rick Salomon recordó que tiene 57 años «y gran parte de mi carrera ha tenido que ver con lo físico». «Ahora tenía la oportunidad de demostrar quién soy y de buscar la alegría de trabajar en este negocio, de creer en el glamour, como hace mi personaje, por eso nos hemos encontrado».

Pamela Anderson reconoció que se ha perdido «algunas décadas», no sabe muy bien cómo saltó de 'Los vigilantes de la playa' al papel en el musical 'Chicago' que le brindó sus primeras críticas buenas hace un par de años. «Nunca es demasiado tarde, no sé de lo que soy capaz, pero sí que podía hacer más y este es un momento emocionante de mi vida. A mi edad y me toca ahora», se felicitó. ¿Cómo reaccionaría la Pamela de 25 años si le dicen que podía acabar estando nominada al Oscar? «Es divertido, una vez dije en 'Playboy' que quería ser buena madre y ganar el Oscar».