Mis padres inundaron de porno gay Estados Unidos

Enclavada en West Hollywood, Circus of Books forma parte de la historia de la comunidad homosexual de Los Ángeles. En sus estanterías se acumulaban miles de libros, revistas, periódicos, vídeos y artículos de sex shop. Sus rincones eran escenario de contactos entre sus clientes y la calle de atrás era conocida como 'el callejón de la vaselina'. Los Mason se hicieron con el local en 1982 y llegaron a tener dos sucursales en Silver Lake y Sherman Oaks, dos barrios de Los Ángeles. Se metieron tanto en el lucrativo negocio que llegaron a ser los mayores distribuidores de películas X gay en Estados Unidos. Hasta que internet acabó con los vídeos porno y aplicaciones como Grindr reemplazaron al 'cruising'.

Estrenado en el Festival de Tribeca del año pasado y disponible ahora en Netflix, 'Circus of Books' es una declaración de amor de Rachel Mason a sus padres, el recordatorio de una época no tan lejana en la que la pornografía se consumía exclusivamente en cintas de vídeo y una reivindicación de la libertad de expresión y la tolerancia. Barry Mason llegó a estar procesado por el Gobierno de Ronald Reagan en su cruzada contra la pornografía. Solo la llegada de Bill Clinton a la Casa Blanca le salvó de la cárcel. La librería de West Hollywood vivió una decadencia con clientes mayores que llegaban en andador y agónicas cuentas de resultados hasta que echó la persiana el 9 de febrero del año pasado. Pero en sus buenos tiempos dio mucho dinero: el primer día que abrieron hicieron una caja de mil dólares. Cuando se metieron a productores llegaban a estrenar dos películas por semana.

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Los Mason nunca contaban a sus amigos o vecinos en qué trabajaban. Eran judíos cultos con toda una historia detrás antes de acabar en Circus of Books. Karen trabajó como periodista de investigación y destacó por sus reportajes en defensa de los derechos civiles. Barry coincidió con Jim Morrison estudiando cine en la UCLA. Fue uno de los técnicos de efectos especiales de '2001, una odisea del espacio' y la serie 'Star Trek' antes de diseñar aparatos médicos para la diálisis. Su destino se cruzó con el de Larry Flynt, el magnate del porno, cuya exitosa revista 'Hustler' vendían en su librería. El propio Flynt, confinado a una silla de ruedas desde que intentaron asesinarle en 1978 y cuya vida llevó Milos Forman al cine, aparece en el documental junto a Jeff Stryker, la mayor estrella del porno gay en los 80, algunas de cuyas películas produjeron los Mason.

Karen Mason es paradójicamente una judía practicante y devota, fiel a su sinagoga, que no supo reaccionar cuando uno de sus hijos le confesó que era homosexual el día antes de marchar a la universidad. Después ella acabaría en la ONG PFLAG (Parents, Families, and Friends of Lesbians and Gays). Bajo la mirada de su hija, es como si se avergonzara de su oficio y en un secuencia en la que acude a una feria de artículos de sex shop quiere irse de allí lo antes posible. La pareja confiesa incluso que nunca vio ninguna de las películas que vendían. El documental de Rachel Mason los retrata con cariño y cierta perplejidad: sus padres, hoy venerables septuagenarios, se codearon con pornógrafos y estrellas del cine X sin involucrarse en las zonas más oscuras del negocio. 'Circus of Books' debe verse como un curioso y simpático complemento a la serie 'The Deuce', ambientada en el periodo de bonanza de la librería, y de la magna 'Boogie Nights', crónica luminosa de la edad dorada del porno en el californiano Valle de San Fernando, la meca del género.