Los hermanos Russo reviven «los robots más clásicos» en 'Estado Eléctrico', con Chris Pratt y Millie Bobby Brown

Basada en la novela gráfica de Simon Stalenhag, 'Estado eléctrico' está ambientada en una realidad alternativa, tras una guerra entre la humanidad y las máquinas, una adolescente huérfana emprende un viaje por el suroeste de Estados Unidos para encontrar a su hermano pequeño. Un camino que realiza, aunque a regañadientes, acompañado de un contrabandista llamado Keats, y encarnados por Chris Pratt, y Herman, un robot con apariencia de dibujo animado al que da voz Anthony Mackie.

Mientras se aventuran a la llamada zona de exclusión, un rincón amurallado en el desierto donde los robots existen por su cuenta, Keats y Michelle encuentran un extraño y colorido grupo de nuevos aliados animatrónicos y comienzan a descubrir que las fuerzas detrás de la desaparición de Christopher son más siniestras de lo que esperaban.

Durante la presentación de la película, calificada como la más cara de Netflix hasta la fecha, Bobby Brown ha confesado que habría dicho «sí» a cualquier papel que le hubieran propuesto los hermanos Russo. Sin embargo, el personaje de Michelle y la historia que cuenta 'Estado Eléctrico llamó especialmente su atención ya que considera que permitirá tomar conciencia a los espectadores de su generación sobre la dependencia tecnológica, totalmente conectados al teléfono y alejados de la realidad.

Pero lo jóvenes no son los únicos que se verán interpelados por este 'enganche'. Chris Pratt reveló que también siente cierta dependencia hacia su teléfono y que, incluso, ha llegado a pasar 4 horas haciendo 'scroll' en las diferentes redes sociales.

El nuevo filme de Netflix, que los espectadores podrán disfrutar a partir del 14 de marzo, es una especie de vuelta a la manera de trabajar que se utilizaba hace varias décadas, con el proceso largo de animación y estudio de cada detalle. Un aspecto que no es producto de la casualidad, sino que casa perfectamente con la época en la que está ambientada. Y es que uno de los objetivos que perseguían los directores de la película era dotarle de un toque retrofuturista.

También los propios actores buscaron inspiración de los años 90 para dar vida a sus personajes. Millie Bobby Brown, por ejemplo, tomó como punto de partida a Drew Barrymore. Una experiencia que la actriz ha disfrutado, puesto que, según ha confesado, le encanta el estilo que había en aquella época. El proceso, sin embargo, que siguió Chris Pratt fue muy distinto, puesto que partió de un lienzo en blanco. No obstante, a pesar de las dificultades que ello conlleva, el actor asegura que ha disfrutado de la libertad creativa que ha tenido para elegir la manera de andar de Keat o su forma de moverse.