'Y Dios creó la mujer': así comenzó el mito de Brigitte Bardot

Roger Vadim (París, 1928 – 2000) era hijo de un ruso exilado durante la revolución de octubre. Sus inicios laborales fueron en el teatro, interviniendo en diferentes montajes entre 1944 y 1947. Vadim conoció a Brigitte Bardot cuando ella tenía 17 años y él 21, cuando era un bohemio parisino con un guion bajo el brazo en busca de un productor que le permitiese llevarlo a la pantalla. La joven Brigitte había posado para la revista 'Elle', donde trabajaba una buena amiga de su madre. Vadim la vio y fue a buscarla para que protagonizara su película. El proyecto aún tardaría tiempo en salir adelante, pero ambos iniciaron una tórrida relación ante el estupor de los padres de ella, que no veían adecuado que su hija menor de edad mantuviese aquella relación y que se pudiera quedar embarazada en cualquier momento. Obligaron a Brigitte a dejar al cineasta y aquello provocó el primer intento de suicidio de los varios que tuvo la futura actriz. La pareja se casó a finales de 1952, en cuando ella cumplió 18 años.

Pronto a Vadim comenzó a ser conocido como «señor Bardot». El cineasta recordaba en su libro 'Memorias del diablo': «Una noche, cuando en el guardarropa de teatro me devolvieron mi abrigo, vi que en el cuello habían colocado el nombre de 'señor Clown'. Yo aceptaba que me llamasen con el apellido de mi mujer, pero que nuestro perro fuese más conocido que yo me molestaba un poco. Y decidí hacerme un nombre». Fue entonces cuando decidió dedicarse exclusivamente al cine y empezar a escribir guiones para otros directores y firmarlos con su nombre. Tardó cuatro años en encontrar un productor, Raoul Levy, que aceptase producirle 'Y Dios creó la mujer'. Fue Levy quien propuso contratar a Curt Jurgens, entonces un actor alemán en la cima de su popularidad para un papel secundario. Pero a pesar que le entregaron un guion de 20 páginas Jurgens aceptó encantado. Y también se busco a Jean-Louis Trintignant, por entonces apenas un debutante para interpretar al marido de la protagonista. «¿Cómo quereis que interprete una escena amorosa con ese tipo? Es demasiado bajito y feo. Y además no es mi tipo», dijo Brigitte Bardot cuando le conoció. A las cuatro semanas de rodaje ya se había enamorado de él: «Hacer el amor con Brigitte me excitaba cada vez menos. De golpe comprendí el significado de la expresión cumplir con los deberes maritales. La desgana no tenía excusa en mi caso, teniendo en cuenta que a los 21 años Brigitte estaba en la cumbre de su belleza. Cualquier hombre habría vendido su alma por ocupar mi lugar», escribió Vadim.