El trabajador español
Cita en el Sur ·
La culpa de todo la tiene el trabajador españolLos españoles que trabajamos, trabajamos; claro, no queda otra, pero encima quieren que lo hagamos con ganas y no es que no nos parezca bien ... hacerlo, sin embargo nos cuesta. Existe cierta disposición negativa. Algunos se pasan, como ese trabajador de Coín que en agosto del año pasado salió a tomar algo con su jefe y lo mató. Coín, además, sin acento, significa moneda en inglés, y la moneda, igual que el inglés, está en la base del malestar. Ni cobramos suficiente, ni hablamos inglés, más allá del if, if (hurra). Lo corrobora un estudio suizo (habría que ver, por cierto, a un suizo pronunciando 'corrobora') en el que salimos, como a la hora de cobrar, mal parados aunque no estemos en paro. El estudio muestra que en capital humano a los europeos no nos gana nadie, pues copamos nueve de los diez primeros puestos de la clasificación, donde sólo aparece como no europeo Singapur, y en el puesto décimo. Singapur tiene de todo, a pesar de comenzar por sin. El trabajador español ocupa el puesto treinta y dos y, explica el estudio, va, o sea, vamos, desganado al trabajo. Tenemos la cerveza de después, pero no es eso de lo que trata el estudio, más del durante que del después, si eso. Dentro del estudio, lastra nuestro puesto la baja inversión en educación del Gobierno, medida en gasto por estudiante, y nos deja bien en cuanto a infraestructura sanitaria, que imagino que se referirá a otros lugares de España, porque en Málaga nos han premiado con el ex gerente del SAS, que ha durado diez meses en su cargo y le han dado una patada hacia abajo, para hacerse cargo de la gestión del antiguo Carlos Haya. Nuestros hospitales son pocos y tienen menos medios todavía, por lo que volveríamos al asunto del dinero, que tras las últimas elecciones iba a llover, pero aquí sólo llueve agua, y cuando llueve, es decir, hoy, sólo hoy.
Como si el estudio hecho en Suiza fuese una encuesta electoral realizada por el socialista Tezanos, el primer puesto lo ostenta Suiza. De los trabajadores españoles destaca la falta de motivación (ese deseo de no levantarnos que nos asalta cada mañana, no sé si lo habrán sentido, sobre todo ahora que ha entrado el frío) y la falta de «habilidades lingüísticas»: no se trata de que no hablemos, que sí que hablamos, pero nos cagamos en nuestro jefe sólo en un idioma y eso no vale. Influye mucho el entorno. Por ejemplo, los funcionarios de Hacienda en Málaga se quejan de los malos olores y así cómo van a trabajar a gusto. Ya verán que este año Hacienda recauda mucho más en Málaga, por el pestazo. Debemos mejorar, poco a poco, a ver si en unos años llegamos al puesto treinta y uno. Optimizar recursos y gastar correctamente en educación y sanidad. Y con lo que sobre habría que procurar que Hacienda en Málaga huela bien, aunque nos sigan inspeccionando que lo hagan con una sonrisa.
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