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El terrorismo yihadista no está vencido

El terrorismo yihadista no está vencido

La Tribuna ·

Hubo guerra, pero no hubo ni hay programa de reeducación, tanto para el yihadismo como para el 'terrorismo blanco'

Francisco J. Carrillo

Sábado, 30 de marzo 2019, 01:55

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Una corriente subterránea de antisemitismo, en su doble vertiente judía y musulmana, está aflorando en Europa. El negacionismo circula sin cesar por las redes sociales e incluso por públicas declaraciones de algunos actores. Lamentablemente no se trata de hechos aislados que se constatarán con los resultados de las próximas elecciones europeas. Tampoco se trata de un hecho nuevo. Para unos, el Holocausto de seis millones de judíos es una invención de algunos historiadores. ¿Cámaras de gas? No, dicen. Se trató de una migración estacionaria para cultivar los campos de la entonces Alemania nazi, de donde no regresaron. Los pogromos antijudíos que precedieron a esta 'migración rural' fueron simples enfrentamientos urbanos. El gueto de Varsovia fue una simple controversia ciudadana que no pudieron controlar las fuerzas del orden. La Torres Gemelas de Nueva York se desplomaron a causa de un movimiento tectónico  que algunos descerebrados afirman fue teledirigido por el movimiento sionista mundial. El 'terrorismo blanco' que mata en dos mezquitas de Christchurch (Nueva Zelanda) a 51 musulmanes no fue tal sino debido a la explosión de sendos depósitos de gas. La guerra de Irak fue el escenario de unas maniobras militares así como el bombardeo de Libia. Los sátrapas-dictadores Sadam Husein y Mohamed Gadafi murieron a causa de los llamados efectos colaterales. El genocidio armenio atribuido a los turcos se debió al guión de una película de ficción. La masacre de Atocha no la perpetró el terrorismo yihadista sino que fue debido al de consumo interno… Y me paro aquí.

Hay un gravísimo problema de conocimiento de la historia protagonizada por nuestros antepasados e, incluso, por nuestros coetáneos. Las redes sociales sustituyen al maestro o a la maestra de escuela y, sin duda, también, a los docentes universitarios que han quedado marginados en una caja que ya no es resonante, a no ser que  descubran el elixir de la inmortalidad. Estamos atrapados por unas redes de patrañas y de bulos que logran, a nivel global, distorsionar los hechos y confundir a los internautas.

Los teletipos han saltado, en rojo subrayado, para anunciarnos que el autodenominado Califato-Estado Islámico (Dáesh) –algunos añaden incluso Al Qaeda– ha sido definitivamente derrotado con la caída de Baghuz en Siria. Cierto es que territorialmente hubo derrota. Pero también es cierto que antes de los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono, y antes de la guerra de Irak, el terrorismo yihadista de Al Qaeda y después del Dáesh no estaba territorializado, excepto en algunas zonas de Afganistán en donde continúan. Cierto es también que los kurdos del noroeste de Siria, ayudados por Estados Unidos, contribuyeron a la unificación territorial siria y exigen una autonomía, a lo que se opone el presidente turco Erdogán que los considera 'terroristas'. Por ello, aunque Erdogan, con Irán, dan apoyo al todavía presidente sirio El Asad, los kurdos  del noroeste de Siria no desean que los Estados Unidos abandonen Siria pues para ellos podría significar una masacre. Otra cara oscura de la moneda la constituye aquellos terroristas yihadistas de Al Qaeda que se incorporaron a las filas militares de El Asad con el conocimiento de Rusia.

Puede hoy afirmarse, sin demasiado riesgo a error, que, tras la anunciada derrota del yihadismo en Siria, no existe un plan para ese después que es ya hoy, a semejanza de lo ocurrido en Irak y en Libia. (Comparto la opinión que los sátrapas-dictadores Sadam Hussein y Mahamed Gadafi 'tenían un precio', que no era la muerte, El Asad, también, como bien lo sabe el pueblo sirio con 500 mil muertos y la mitad de su población desplazada, así como sus infraestructuras básicas destruidas). Rusia es el gran vencedor. Logró con esta guerra imponer sus objetivos políticos y de anexión territorial en Crimea, así como una estratégica base militar en Latika (Siria), con presencia en el Mediterráneo.  ¿La realpolitik rusa dejará que el presidente Erdogan liquide a los kurdos del noroeste sirio que contribuyeron a la victoria contra el yihadismo como fue y es el caso  de los kurdos de Irak? ¿Se marcharán los Estados Unidos de Siria dejando desprovistos a los kurdos? Y a ello, ya a escala de Oriente Próximo, hay que añadir la ruptura por el presidente Trump del statu quo de Jerusalen y su reciente declaración en favor de la anexión por Israel de los Altos del Golán, que es territorio sirio.

No existe ningún plan de diseño constitucional de Siria, con sus diversas poblaciones llamadas 'minorías'. Ni tampoco un plan de reconstrucción material del país. Ni un debate político sobre una alternativa democrática a la 'dinastía' de El Asad. (Plan que la ONU, que ha estado al margen de la guerra en Siria, lo diseñó para Irak sin grandes resultados).

El terrorismo yihadista renació, con nombre de Al Qaeda, tras la guerra de Irak. En la actual situación, tanto para Al Qaeda como para el Dáesh, el nuevo territorio estará en 'la base' de Internet y el norte de África, con los objetivos más dirigidos al Occidente 'cruzado' que a sus hermanos musulmanes de los países árabe que consideran 'herejes y heterodoxos'. El terrorismo yihadista no está vencido. Eso lo saben Putin , Trump y los servicios de inteligencia. Hubo guerra pero no hubo ni hay programa de reeducación, tanto para el yihadismo como para el 'terrorismo blanco'.

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