La superación lleva al triunfo
En la época estival como la que disfrutamos 'florecen' los concursos de espeteros y de espetos (SUR organiza anualmente uno de los más importantes), sobre ... todo en puntos estratégicos del histórico arte de hacer la sardina al estilo Málaga, como es el caso de Torremolinos por la grandísima tradición de La Carihuela, donde recientemente se ha celebrado el XI Concurso de Espetos Costa del Sol, organizado por el Círculo de Empresarios de Torremolinos, que preside Adolfo Trigueros, y patrocinado por el Ayuntamiento local y Sabor a Málaga (un experimento por cierto triunfal de la Diputación, copiado por numerosas otras administraciones provinciales de nuestro país), siendo uno de los hechos más importantes de este certamen el merecido homenaje que se le dio a dos profesionales del mundo de los empresarios de playa, referentes de la historia no sólo de Torremolinos sino de toda la Costa del Sol y de Andalucía como son Manuel Villafaina y Miguel Sierra.
Ambos son propietarios de chiringuitos que mezclan a la vez (lo que es un enorme mérito) ser populares y de glamour, y el éxito profesional del que ahora gozan se cimenta en una vida cargada de trabajo, superación, esfuerzo y, sobre todo, de entrega a un modelo de negocio que es santo y seña de la industria turística malacitana: Dani García, que algo entiende de esto, afirma rotundo que los mejores chiringuitos de toda España están en la Costa del Sol.
Manuel Villafaina es extremeño de origen pero torremolinense devoto y afecto, propietario de Los Manueles en Playamar y copropietario de un nuevo fenómeno de éxito como es El Remo, en La Carihuela, es además un destacado directivo de los colectivos empresariales de su gremio ya que es presidente de la Asociación de Empresarios de Playa de la Costa del Sol y de Andalucía y su vida ha estado ligada al desarrollo de Torremolinos, ciudad que tiene el honor de haber sido el origen del turismo (junto a Benidorm) tal como se entiende hoy en Europa.
Miguel Sierra nació, vive y «me moriré» en La Carihuela, dice. Su infancia fue dura, como en tantos otros núcleos familiares del barrio pesquero, y desde muy niño se buscó la vida vendiendo refrescos en la playa. Su afán de superación le llevó a idear negocios que dieron con la clave del éxito en su archiconocido Playa Miguel Beach siendo el primero en colocar camas balinesas fuera de Marbella y hacer experimentos de gran éxito como ofrecer champán con sardinas (mucho antes de lo que hoy se llamaría con la nueva terminología 'semi-pijeril' «maridaje»), y a la vez es también copropietario de El Remo y sus iniciativas se cuentan por éxitos, y siempre además con el objetivo de conseguir una Carihuela con un estilo y un sello propios, «porque los orígenes del pescaíto frito de hoy están aquí».
Pues bueno, tanto Villafaina como Sierra recibieron un cálidos homenaje de la organización de este certamen: Manuel Villafaina recibió el título de 'Espeto de Honor', y Miguel Sierra recibió el reconocimiento público por su trayectoria profesional y contribución a la difusión del espeto en la Costa del Sol, sin duda antesala del gran homenaje que ambos merecen a título personal e individual. Su entrega por la Costa del Sol, la pasión por lo que hacen, su apoyo a las tradiciones, y haber conseguido que los chiringuitos, amén de restaurantes de categoría sean reconocidos por no pocos turistas como una segunda casa o conformen un punto de información para todos, merecen no sólo el aplauso para ellos dos, sino también para las decenas de hombres y mujeres que representan la esencia de lo que en su origen fueron los históricos merenderos malagueños. Aparte de lo dicho, los dos son excelentes personas, y en ellos se cumple el dicho de que «un negocio es al fin y al cabo el reflejo de su propietario: si es alegre, el negocio será alegre; si es triste, será triste; y si es buena gente, será ya un gran negocio». Superación y esfuerzo en ambos.
Y superación y esfuerzo en nuestro tercer protagonista de hoy: Jorge Haenelt, quien tampoco conoce la palabra límite. Con más de 70 años, este deportista incansable no sólo sigue desafiando las olas como campeón de vela, sino que también se ha proclamado recientemente campeón de España de tenis en categoría veteranos. Su historia es la de un hombre que ha hecho del deporte una filosofía de vida, combinando disciplina, pasión y una energía que desborda cualquier pista o embarcación. Durante más de dos décadas ingeniero director de Puerto Banús, donde acometió un gran trabajo profesional en su condición de ingeniero de Caminos, Canales y Puertos desde principios de los 90 del pasado siglo hasta 2017, ha sido y es un ejemplo de deportista, en una tarea que se esfuerza a diario porque entiende, como dijo un sabio griego, que la edad no tiene límites, que el límite se llaman pereza y conformismo, lo que hay que combatir como sea. Y este cartagenero afincado en Málaga desde hace décadas (hoy reside en Marbella) lo tiene bien claro.
En el mar, Jorge es un estratega del viento. Con décadas de experiencia a sus espaldas, ha navegado por los principales circuitos nacionales y lo ha conseguido todo: bajo el escudo del Real Club Mediterráneo fue campeón de Europa tres veces (1982, 1984 y 1988), de España otras tres veces (1982, 1984 y 1989), y tercero en el Campeonato del Mundo (1983) de la clase Snipe, clase en la que también ganó el Trofeo Su Majestad el Rey cuatro veces (1983, 1985, 1986 y 1989), la Copa de Su Alteza Real el Príncipe de Asturias (1985), y el trofeo Su Alteza Real Princesa Sofía (1983). Su tripulante durante casi toda su carrera deportiva fue Laureano Wizner, siendo también co-patrón del 'Andalucía sólo hay una' con Rafael Díaz, primer barco que compitió en la Copa del Rey de Vela con el apoyo de una Comunidad Autónoma, en los años 90.
Aunque el mar sigue siendo pasión para Haenelt, a partir de cumplir los 50 años empezó a competir en el mundo del tenis, en el circuito mundial de la ITF. Aparte de numerosos trofeos senior ganados a nivel internacional, tras haber sido campeón de España de parejas mixto con Carmen Perea, este año de 2025 ha conseguido su gran anhelo: ganar la categoría single del campeonato de España de más de 70 años. Y así está el tío, que diría su buen amigo Chico Banderas, como «un figurín y en plena forma». La superación tiene premio, y hay que reseñar que entre el primer campeonato de España que consiguió Jorge Haenelt (en vela) y el último (en tenis) han pasado ni más ni menos que casi 50 años. un récord a la vez que un ejemplo. Si se quiere, se puede... Nada es fácil, es obvio, y detrás de cada triunfo hay entrenamientos diarios, cuidados físicos meticulosos y una actitud que combina humildad y ambición. Jorge no compite para demostrar, sino para disfrutar. Para él, la victoria es un reflejo del amor por el deporte, sea con raqueta en mano o timón firme.
Ejemplo de superación y constancia, Jorge Haenelt ha hecho del deporte un puente entre generaciones y un testimonio vivo de que el verdadero rival está siempre en uno mismo. Un gran tipo, sin duda alguna. Como Villafaina y Sierra. Tres malagueños, dos 'importados' y otro 'nativo', que con su labor y entrega hacen grande a esta tierra.
Disfrutemos del verano.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión