Que siga la fiesta
Luis Pérez Fernández, honra de España, libertador con caballo panzudo y forrado de basura, profeta de las cloacas conocido como Alvise, reconoce que ha cobrado ... en negro cien mil euros y anima a la población en general a que siga su estela defraudadora. Ha cobrado de modo fraudulento, según sus propias palabras, para no tener que enriquecerse con la política. Para tener la conciencia muy tranquila, tan limpia como el color marrón de su logo, ha cobrado de estamentos privados para ejercer influencia en instituciones públicas. Cuánto sacrificio y cuánta transparencia la del eurodiputado Pérez.
Confunde la cercanía como la verborrea tabernaria. Sus seguidores, que ahora no se sabe si menguarán con la salida a la luz de una de sus corruptelas, lo idolatran porque habla claro. Muy claro. Denuncia aquí y allí. No se muerde la lengua, escupe barro, cuanto más lejos mejor. Un atleta del escupitajo. Afirma que sortea su sueldo de eurodiputado. Vive de su «comunidad». De su sinceridad. Y sostiene que vivimos en un sistema criminal. Está dispuesto a acabar con él. Por eso quizás militó en UPyD y luego en Ciudadanos. Hundidas esas plataformas decidió poner a flote la suya. La echó al río revuelto. Con éxito.
Le arañó votos al inconformismo. Pescó en Vox y en el abstencionismo. Líder del antisistema. Si usa ese inconformismo para lucrarse es cosa suya. O al menos ese quiere que sea el razonamiento. Así lo ha reconocido orgulloso en vídeo. Cobrar en negro, esa tontería nos dice. Cien mil euros. Y a continuación argumenta: ¿quién no ha hecho «pequeños sacrificios de moral»? Autónomos, fontaneros, albañiles que han sacrificado su moral y han dejado de emitir facturas por cientos de miles de euros. Una bagatela, cien mil pavos, dice. Y nos dice, con el énfasis de los vendedores callejeros, que Hacienda es una mafia. «Ya no hay ideología, ya no hay razón ni verdad». ¿Para qué queremos la verdad si tenemos su palabra? El honrado Pérez Fernández, el honrado Alvise. Tan decente que quiere acumular una fortuna desde su puesto de eurodiputado para no tener que cobrar el sueldo que le corresponde por su cargo. Todos son unos mafiosos. En España, abran los ojos, padecemos «terrorismo fiscal». Sí, los sueldos altos tienen que pagar casi el cincuenta por ciento de los mismos en impuestos. Se construyen hospitales, colegios, carreteras, se pagan pensiones con el dinero de los impuestos: una vergüenza. Así que Alvise nos conmina a que quien pueda evitar pagar un impuesto no lo pague. Él vino a acabar con la fiesta, pero mientras tanto tira serpentinas y baila como un loco. Y si es con los bolsillos llenos mucho mejor.
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