Sicilia remueve el avispero del PSOE andaluz

El alcance que tendrá la carrera de Sicilia en la pugna por el poder andaluz es una incógnita. Tampoco se conocen los apoyos del partido, aunque ya cuenta con una plataforma de respaldo a su candidatura en la red social Twitter (ConSicilia+PSOEdeAndalucía), creada el día que este periódico publicó en primicia las primeras declaraciones del diputado jiennense en las que no descarta concurrir a las primarias. Aún con menos de 300 seguidores, Sicilia ha conseguido remover el avispero del PSOE andaluz.

Hay quienes aprecian su perfil «fresco y sin pasado» en el PSOE, en el que se incluye su profesión de policía, ser hijo de guardia civil, licenciado en Ciencias Políticas y activista gay. «Un cóctel muy acorde con la transversalidad de los tiempos», según una exdiputada. El que sea un desconocido no puede ser un inconveniente cuando falta un año para las primarias y hay quien recuerda lo desconocidos que eran Zapatero y Sánchez antes de convertirse en secretarios generales.

Aunque acabe siendo un señuelo y la alternativa se fragüe con otro nombre, Sicilia ha reabierto el debate sobre si Susana Díaz debe o no continuar, presente en una parte de la militancia «cada vez más mayoritaria» de que como perdedora de la Junta no es la más indicada para ganar a Juanma Moreno, un presidente que pese a serlo con el apoyo de Vox se ha granjeado en el PP la vitola de moderado. «El movimiento está en marcha», afirma un cargo del partido del sector crítico a la expresidenta convencido de trabajar «por el cambio», pero primero en su partido. Hasta ahora Sicilia era uno más de los nombres que suenan en el PSOE para esa alternativa como María Jesús Montero, Juan Espadas y Ángeles Férriz. Espadas y Montero son los preferidos de los sanchistas sevillanos, donde una parte no ve mal a un secretario general distinto del candidato a la Junta con el binomio Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, gran conocedor del partido y viejo rival de Díaz, y Juan Espadas. Una apuesta de bicefalia que siempre ha fracasado en el PSOE andaluz.

Sicilia, diputado por Jaén, lleva postulándose meses. Ferraz le ha dado visibilidad en tertulias televisivas después de auparle a portavoz adjunto del grupo socialista en el Congreso y el mismo cargo en el comité electoral. Él mismo ha empezado a escribir en periódicos andaluces. En agosto publicó un artículo en los del grupo Joly con un título que daba algunas pistas: «Recuperar Andalucía, recuperar lo de todos», en el que pese a ser diputado nacional se centraba en criticar la gestión del presidente de la Junta, Juanma Moreno. En las declaraciones a este periódico el jueves lanzaba el mismo mensaje: «El PSOE de Andalucía necesita recuperar la confianza mayoritaria», dijo.

Al mover el avispero Sicilia ha dejado también en evidencia que pese a las ganas, los críticos a Díaz no disponen de un candidato de consenso. Él no lo es por ahora. Ni siquiera cuenta con el respaldo de su agrupación, Jaén. Hay varias corrientes en la que no solo hay sanchistas. La rama más beligerante ahora es la formada por la disidencia de los que estuvieron hasta antes de las andaluzas de 2018 en el núcleo duro de Díaz, incluso con participación activa en la gestora y en las primarias frente a Pedro Sánchez, como es el caso del exportavoz Mario Jiménez. Muy unida a este se encuentra la también jiennense Ángeles Ferriz, con ganas como Sicilia de dar el paso, según fuentes cercanas. Desde este sector hay voces que defienden trabajar por la unidad para el cambio con un solo candidato. Conocen que divididos favorecerán la victoria de Díaz, que cuenta sobre todo con apoyos en las provincias de Sevilla, Córdoba, Málaga y Almería. La agrupación clave, aparte de Sevilla, es Jaén, cuyo secretario provincial, Paco Reyes, no oculta su anhelo de ser secretario general y que en una reunión en julio espetó a Díaz: «Ahora no toca, pero cuando llegue el momento habrá que decir quién es el mejor».

Ferraz no quiere movimientos hasta que no se aprueben los presupuestos generales y se controle la pandemia. Y tampoco está por la labor de dar el visto bueno a una guerra con Susana Díaz. Ha intentado varias veces una salida de puente de plata para la expresidenta. La última ha sido soltar el globo sonda de hacerla ministra de Defensa si Margarita Robles pasa al Constitucional. Díaz reitera lo que ya dijo a Pedro Sánchez en una reunión en la Moncloa el pasado año. Quiere seguir en Andalucía y volver a ser candidata y cuenta con que habrá una lista alternativa. Desde su entorno apelan al compromiso de Sánchez de no injerencia en el proceso andaluz. A cambio Díaz ha dejado de dar su opinión contraria a los pactos con separatistas, sean para la investidura o ahora para los presupuestos, y presume de «hilo directo con Pedro» (Sánchez). Tras un toque de senadores y diputados nacionales a su labor de oposición a Moreno y el PP en julio, ha endurecido esta. Para eludir que se hable de primarias insiste en que está «en lo que hay que estar», en mano tendida para acabar con la pandemia y en llevar la iniciativa en propuestas en Andalucía como apoyar los presupuestos al contrario de lo que hace el PP en España. Los críticos advierten que sí está moviéndose para las primarias y acotan: «Si ella está en congreso, estamos todos en congreso».