La realidad sumergida
Sin ir más lejos ·
Una depuradora no da excesivos votos aunque la falta de ella y sus consiguientes secuelas, los quitenAl impuesto por las bolsas de plástico tendrá que seguirle una tasa ecológica por las toallitas que acaban a toneladas en el fondo del mar ... en lugares como Nerja, donde la llegada de la depuradora se eterniza con calendario de pirámide. Con depuradora no todo estará solucionado, pero sin ella y sin una tasa negra después de abordar la 'tasa rosa' es difícil reducir el grave daño en el fondo marino y los costosos atascos de colectores y sistemas de bombeo, un problema ya generalizado. Los otros daños sobre la vida en el mar son una pavorosa ruina sin contable pero ahora con juzgado y fiscalía que examinan en un caso inédito a excargos municipales en Málaga por vertidos sin tratar. Habrá una minoría de vecinos que haya hecho del retrete su particular venganza por ese canon de depuración que le carga el Ayuntamiento en el recibo para dárselo a la Junta, pero la mayoría daña el mar sin leer siquiera la etiqueta de ese aporte indolente de plásticos, compresas, bastoncitos y toallitas. Si fallan las administraciones y la conciencia ambiental además no funciona, el resultado de los vertidos sin tratar podrá estar sumergido, pero tarde o temprano se hace visible como en los emisarios submarinos de Nerja. Algunas realidades bajo el agua son las mismas que la de vertederos en pleno monte, pero esta imagen del escándalo viene con sumario y más de mil palabras. La operación 'Vastum' del Seprona en Coín, Nerja y Alhaurín el Grande ha agitado unas aguas residuales que no eran un río revuelto sino un estanque de relajación insostenible desde hace décadas. Esos tres municipios, más Cártama, están en la lista negra de los núcleos malagueños que contribuyen a que España sea el farolillo rojo en el tratamiento de aguas urbanas. Bruselas nos tiene en el punto de mira, sin que los diferentes gobiernos hayan hecho gran cosa por alejar la hormigonera insaciable como ese icono nacional que hace sombra al toro de Osborne. Queremos ser descarbonizadores, recicladores y sostenibles, pero con un manual de deberes que mantiene en blanco páginas del saneamiento, planta algarrobicos de diverso porte y deja vulnerable el entorno de Doñana. Las obras de saneamiento pendientes son parte de esa gran anomalía que nos aleja de Europa por el doble camino de maltratar la naturaleza y despilfarrar un agua que, reciclada, multiplicaría al menos por dos las reservas en la Andalucía más amenazada por la desertificación. Una depuradora no da votos, aunque la falta de ella, y sus consiguientes secuelas, los quiten. Es de las cosas más necesarias pero también más desagradables de inaugurar por un político, aunque sea sólo alguna vez cada década y esos dientes, dientes que decía la Pantoja los echemos de menos. Ahora, algunos políticos investigados los aprietan entre la incredulidad y la sorpresa al ver cómo del barquito quitanatas hemos pasado a un buque oceanográfico delator con el Seprona al timón. Las responsabilidades, como las toallitas están, en el fondo, muy repartidas.
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