En este 'júa' quemamos el calor
VOLTAJE ·
En la calle recogíamos madera y papel por San Juan, y luego se prohibió el mismo fuegoLlega la noche más corta del año. San Juan es una fiesta para la buena fortuna, nos bañamos de noche y se quema lo que ... no quiere volver a verse. Los informativos cierran el día con diversas celebraciones en todos los puntos con mar, y mañana a primera hora ya tendremos la típica imagen de cómo hemos dejado las playas. Es inevitable y además tampoco importa: el escándalo le viene muy bien a la resaca. No sé si alguien pretenderá que este año los operarios de limpieza corran tanto que las cámaras se encuentren con todas las playas resplandecientes, como si ninguna fiesta hubiera pasado por allí. No será así, y veremos esas imágenes que parecen apocalípticas pero que en realidad enseñan un sitio hermoso en el que ha tenido que haber pasado algo bueno.
Como con casi todas las fiestas, anunciamos que la gente tiene más ganas de San Juan que nunca, después de dos años sin quemar nada, y los ayuntamientos organizan eventos pero recuerdan sus límites, fomentando un descontrol supervisado, con la banda sonora de una orquesta. En Málaga capital y en casi toda la costa, el fuego en la playa volverá a estar prohibido, a no ser que la llama provenga del calor oficial o del ocultamiento, o que se produzca en algunos de los lugares que los ayuntamientos proponen para que uno lleve allí lo que no le apetezca volver a ver y que sirva como combustible: apuntes, pelucas, libros mal escritos o mal dedicados. He quemado varias cosas en San Juan, en la calle recogíamos madera y papel y luego se prohibió el mismo fuego. No sé cómo he sobrevivido a mi adolescencia, una época con tan pocas prohibiciones a tenor de todo lo que ahora no puede hacerse.
Amén de varios conciertos en tantos puntos de la provincia, donde arderán tantos bigotes, en Málaga habrá máquinas que producen cortinas de fuego frío, tubos lanzadores de serpentinas y varios lanzallamas robotizados que quemarán el 'júa' municipal, que será uno de los pocos que legalmente existan. Fernando Wilson, el artista técnico municipal, ha diseñado un 'júa' con una extensión de más de veinte metros cuadrados y siete metros de altura. Si queremos saltar ese fuego, tendremos que hacerlo con pértiga. Este año vamos a quemar la guerra de Ucrania, entre otros motivos para el asco, cosas que nos han hecho daño o que nos han venido mal. Otros años hemos quemado el hambre, la prima de riesgo, y hasta hemos quemado el calor con más fuego: menudos somos aquí. Habrá fuegos artificiales a cargo de uno de los proveedores clásicos de la ciudad, Pirotecnias Sánchez, un nombre muy de cómic, pero que da confianza. Se recomienda mojarse los pies, pero lo mejor sería bañarse.
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