Por la Prensa libre
Es un grito de alarma, inusual y potente, que reclama ser escuchado. El movimiento de la Prensa estadounidense, que dio ayer en más de 350 ... editoriales frente a los ataques del presidente Trump, no debe quedar en un asunto endogámico de la clase periodística. Se trata de una acción sin precedentes, en un momento singularmente grave. Muy hartos y preocupados han de estar los medios americanos para, a iniciativa del 'Boston Globe', salir a combatir las descalificaciones del atrabiliario mandatario, que ha llegado a tacharlos de «enemigos del pueblo», si bien incluso antes de ser elegido no se cortaba un pelo a la hora de insultar en público a periodistas.
En medio del terrible espectáculo que da cada día Trump y del lodazal en que ha convertido su presidencia, los periódicos han resultado ser una garantía de la democracia, un fortín resistente. Por ello, Trump va a más en su operación de acoso. El 'Washington Post' tiene un contador de mentiras presidenciales, que a fecha de julio llevaba registradas 2.140 trolas o inexactitudes, una cifra que supone casi la misma que en todo su primer año, cuando sumaron 4.229. Mientras acusa a los medios de dar noticias falsas, él es el indiscutible campeón de las 'fake news'.
Está en juego, como han detectado los editores USA, la mismísima libertad de Prensa, pero es igualmente preocupante que este político siga teniendo una masa de seguidores dispuestos a creerse todas sus bolas, sus contradicciones, sus exabruptos, incluso dispuestos a atacar a los periodistas al salir de sus mítines. Por eso apelan a los ciudadanos a sentirse concernidos por los ataques. «La prensa libre te necesita», clama el 'NYT' a sus lectores.
Los medios han dicho basta. Aunque la situación sea desoladora, reconforta verles en su sitio, comprometidos con su tiempo, en defensa de su papel social y del espacio común. Con firmeza y seriedad frente a quienes ofrecen soluciones simples para problemas complejos. Leer el resumen de los 350 argumentos es un ejercicio obligado y estimulante para rearmarse. «Si el Gobierno falla, puede que el público nunca lo sepa si la prensa es silenciada por un presidente que divide a la nación pisoteando a los que se niegan a besarle los pies», dice Ripon Press, de Wisconsin. El 'Times' reclama a la vez compromiso: «Si no lo ha hecho ya, suscríbase a su periódico local. Alábelo cuando crea que ha hecho y buen trabajo y critíquelo si piensa que podría hacerlo mejor. Estamos todos juntos en esto».
Aunque aquí no haya un presidente acosador, las noticias falsas están por todas partes. Es preciso tener un medio que compruebe, que procese la información, que la critique, que represente una garantía, que 'dé la cara' desde el territorio, como dice el lema de una extraordinaria campaña de 'El Correo' de Bilbao, porque una millón de 'likes' no hacen una verdad. Más bien suele pasar al contrario.
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