Los políticos deben desplazarse en bicicleta
VOLTAJE ·
Los comunistas no pueden comer jamón ibéricoSobre todo si son jóvenes y más si son de izquierdas, la clase política tiene que desplazarse en aerolíneas de bajo coste, acudir a las ... reuniones en bicicleta y desplazarse a las cumbres de presidentes en taxi, como mucho, si no llega un autobús de línea. Los comunistas no pueden comer jamón ibérico. Los banqueros no deberían fumar puros, entre otras cosas porque no hay muchos (banqueros) y son perjudiciales para la salud (los puros). Los de derechas, por su parte, quizá podrían permitirse casi todo lo anterior (aunque no pueden ir al Orgullo), pero luego se verían abocados a denunciar que otros hagan lo mismo. Desde la oposición se critica aquello que luego se imita, empujando la relación entre opinión pública, poder y alternativa política a un círculo vicioso, y deshonesto.
Hay que asumir que, en otras circunstancias, Irene Montero hubiera criticado su propio viaje a Nueva York. En su momento, Podemos criticaba hasta que los políticos llevaran escolta. El PP, en campaña, censuró el extra que se daba en la Junta de Andalucía para sustentar el gasto del alquiler del piso, pero lo han mantenido. Y no hay que verlo mal, los políticos cobran menos de lo que mucha gente piensa y está bien que tengan derechos; en realidad, todos deberíamos cobrar más.
Hubo un momento en España en el que la pulsión por la austeridad fue necesaria, porque aquí se han hecho muchas atrocidades con dinero público no ya en ministerios, sino en ayuntamientos, patronatos, diputaciones y consejos de gobierno. Ahora se utiliza ese argumento para desprestigiar a la política (sobre todo si es de la ideología contraria) y luego el representante en cuestión se ve sometido a una forma más o menos sutil de acoso que no se limita a los mentideros de las redes sociales, sino que aparece en programas de máxima audiencia, en prensa nacional y regional. Le ha pasado a Irene Montero, que además ha sido víctima de una manipulación informativa que la ridiculizaba; unas declaraciones editadas para que pareciera que entraba en bucle. La ministra de Igualdad es un ser despreciable para muchísimas personas; no sé si por ser joven, por ser mujer, o por ser la máxima responsable de un ministerio que el PP eliminaría nada más llegar al poder. Pero pienso que se corre el peligro de que pronto ninguna persona cabal quiera dedicarse a la política y esta constituirá, todavía con más fuerza, un panorama de mediocridad, con una oposición que no se da cuenta de que las agendas oficiales no son tan excitantes como parece desde fuera, y que las cosas buenas de la vida son otras.
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