La política y el amor
VOLTAJE ·
La política también es un trabajo muy sacrificado, y el círculo más íntimo sufrePercibo a lo largo de los últimos años que los políticos de antes, los de la vieja escuela, aquellos que han sacrificado muchos aspectos de ... su vida privada en una sustitución interminable por la pública, y que lo siguen haciendo, no entienden que la conciliación laboral o el derecho al descanso se apliquen también a la política. Ocurre en otros oficios, eso está claro, que no tienen descanso, pero no hay tantas actividades profesionales en las que se requiera, no ya una dedicación tan intensa, sino además un escrutinio tan extremo de todas las cuestiones de una vida, incluso aquellas que deberían limitarse al ámbito más íntimo. Cuando no es un pleno municipal que parece que no se va a terminar nunca, es una comida que no se puede eludir, una inauguración, una ceremonia de entrega de cualquier cosa, el homenaje a un compañero o una romería que cae en domingo en la que hay que estar sin remedio porque en todas las convocatorias se pasa lista. Algunos, como digo, no terminan de entender que haya políticos que por ejemplo se cogen una baja por paternidad de varios meses, o que se van de vacaciones y desaparecen, yéndose durante un tiempo, iba a escribir que de la vida, pero en realidad solo de la vida pública, que no siempre es la más importante.
Estaba en esa reflexión después de leer en SUR una entrevista que le ha hecho a Juan Marín, líder de Ciudadanos en Andalucía, el periodista Javier Recio: «La política se ha llevado por delante mi matrimonio». No es que me interese demasiado la vida privada de los políticos o de la gente conocida, pero separarse, ya te llames Juan Marín o Shakira, también entra en el territorio de lo social. Además de aquí se pueden extraer algunas conclusiones. La política, un aparente mundo de poder, acaso con sus pinceladas de erótica y que aporta en apariencia un elevado estatus social (aunque a veces esté tan mal visto) también supone un trabajo sacrificado donde el círculo más íntimo sufre, no ya por las consecuencias públicas de la acción política, sino por las privadas. La ausencia es dolorosa. El sentimiento de abandono tiene difícil reparación.
Este reconocimiento público de un político cuyo amor se rompe tiene que ver también con esta admiración hacia quienes 'se dejan la vida' trabajando, quienes presumen de sacrificar su vida por otras cuestiones, como si fuera un acto heroico no haber faltado un día, no descansar o haber dado de lado a los seres queridos por el supuesto interés público en un mundo, además, tan cruel y desagradecido como el de la política que, cuando te abandona, lo suele hacer para siempre.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión