Borrar

Oficio de tinieblas

Viernes, 29 de septiembre 2017, 08:32

Comenta

El debate a escala en el Parlamento andaluz sobre Cataluña no va a pasar a la historia ni del parlamentarismo ni de la autonomía, salvo ... por lo que tiene de pequeño y de ridículo. Es cierto que el órgano en el que reside la soberanía andaluza no podía permanecer al margen, ni dejar de registrar el tsunami nacional, y se notaba en el ambiente del pleno una inquietud extraña, pero era posible esperar más de nuestros representantes. El resultado final ha sido el evidente producto de nuestra ya acrisolada situación política. Se evidenció que el PSOE tiene ya muchos quinquenios en el poder y maneja como nadie los tiempos y la liturgia, porque colocó el discurso oficial de la presidenta en defensa del orden constitucional en la cómoda respuesta a su propio portavoz, Mario Jiménez, que se lo puso como a Fernando VII: los ciudadanos, dijo Jiménez, necesitan conocer la opinión de los «referentes» de la sociedad, de las instituciones del Estado, es decir de la propia Díaz, y en horario de entrar en el telediario, relegando así el morboso debate posterior, ya a las 4 de la tarde, de la proposición no de ley de Cs para apoyar el Estado de Derecho,la que Pedro Sánchez rechazó en Madrid, y ésta, aprobada en fin por el PSOE andaluz, quedó en una anécdota, con un rifirrafe absurdo procedimental que, con la que está cayendo en el conjunto del país, es mejor olvidar para evitar el sonrojo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur Oficio de tinieblas