Niños enfermos y madres deprimidas
El fin de la maternidad de alquiler es engendrar un niño con el propósito de satisfacer los deseos de los adultos, transformando al niño en un medio
MANUEL GARCÍA ALARCÓN. MÉDICO NEONATÓLOGO
Sábado, 29 de abril 2023, 02:00
La maternidad o gestación subrogada también es conocida como úteros de alquiler, gestación por sustitución, Subrogación uterina, madres sustitutas, de alquiler y coloquialmente como vientre ... de alquiler, (expresión no adecuada, porque no es solo un órgano lo que se pone a servicio de terceros, ya que también interviene el resto del organismo en el embarazo). Este tipo de maternidad es una práctica creciente, pero tiene complicados matices desde el punto de vista ético, jurídico, social, económico, religioso, científico y médico. Vamos a analizar someramente las consecuencias médicas derivadas de estas técnicas, tanto en la gestante, como en los futuros hijos.
Para discutir, hay que definir (principio aristotélico). Definamos qué entendemos por vientre de alquiler. Muy esclarecedora resulta la definición de la sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia (nº 826 Sección 10ª 23/11/2011): la maternidad subrogada «consiste en un contrato, oneroso o gratuito, a través del cual una mujer consiente en llevar a cabo la gestación, mediante técnicas de reproducción asistida, aportando o no también su óvulo, con el compromiso de entregar el nacido a los comitentes o subrogantes, que pueden ser una persona o una pareja, casada entre sí o no, que a su vez pueden aportar o no sus gametos».
El embrión que se implanta a la mujer subrogada se puede obtener de: un ovocito y un espermatozoide de la pareja contratante, de un ovocito de donante (gestante o no), fertilizado con espermatozoide del varón contratante, de ovocito de la pareja contratante y espermatozoide de donantes y d ovocito y espermatozoide de donantes. Existen dos tipos de maternidad subrogada: comercial o lucrativa, en la que existe una retribución tanto a la madre gestante, como a las empresas intermediarias. Es un verdadero e importante negocio. Esta mercantilización ha levantado importantes reproches éticos, hasta el extremo de ser denominada mercenaria. Está también la modalidad altruista, sin compensación económica alguna, aunque en determinadas legislaciones se permite reparar los gastos estrictamente necesarios derivados de la gestación, e incluso los sufridos por la pérdida de ingresos. Suele mediar una relación familiar o de amistad entre gestante y comitentes.
Algunos defensores de la maternidad subrogada comparan a los niños nacidos así con los adoptados. No es así, pues la adopción se centra en 'el bien del niño', mientras que la subrogación se 'focaliza en el adulto'. El objetivo de la adopción es proteger los intereses de un niño cuyos padres biológicos son incapaces de atenderlo. Sin embargo, el fin de la maternidad de alquiler es engendrar un niño, con el propósito de satisfacer los deseos de los adultos, transformando al niño en un medio y no en un fin en sí mismo.
Pueden existir daños derivados de la gestación subrogada, tanto en la madre como en el niño. En la madre pueden aparecer complicaciones físicas debido a las avanzadas técnicas de reproducción asistida (fertilización in vitro o inseminación artificial), a la que se someten y a tratamientos amplios de hormonación con potenciales efectos adversos.
También están las complicaciones psíquicas. La más frecuente es la depresión post-parto, que en este caso se verá más agravada por no contar con la «compensación» de la compañía del hijo recién nacido. Cuadros de ansiedad reactiva y/o importantes sentimientos de culpa y/o reproche tras el desconocimiento del estado del bebé nacido, ya que el vínculo madre-hijo es muy fuerte.
Hay también otros riesgos en la salud, como en una donación de órganos, ya que un cuerpo femenino no está diseñado para llevar un embrión que no sea engendrado por esa mujer. El organismo trata al embrión implantado (el que quieren los compradores) como un cuerpo extraño y el sistema inmunológico intenta rechazarlo. Existe más riesgo de preeclampsia, hipertensión, diabetes...Respecto a los daños en el niño se puede destacar:
Que en algunos contratos se exige que el niño nazca sano y la posibilidad de rechazo sino cumple esta característica. Se considera al futuro niño como un objeto de compra- venta, que convierte a los niños en auténticos productos comerciales. Los niños en 'limbos' (rechazados), pueden ser objetos de venta para otros usos. Daños futuros psicológicos cuando conozcan que han sido gestados con gametos donados o el secreto que hayan podido guardar los padres al respecto.
Una cuestión preocupante en la manipulación de embriones es la posibilidad de accidente genético que provoque graves enfermedades a la nueva persona, como esquizofrenia, trastornos bipolares, leucemia, prematuridad, parálisis cerebral, discapacidad intelectual, trastorno autista... (Djuwantono T).
El vientre de alquiler, además de romper el vínculo materno-infantil tan necesario para madre y niño, puede provocar daños importantes en ellos.
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