Cuántos despropósitos con el tren del litoral
El proyecto ferroviario de la costa ha sido víctima durante décadas de los incumplimientos y engaños políticos, pero ahora requiere pasar página, aunar esfuerzos y plantear un plan viable que lo lleve a término
El pleno de la Diputación Provincial de Málaga apoyó con los votos del PP y del PSOE una moción para solicitar al Gobierno de España ... la suspensión temporal del peaje de la autopista de la Costa del Sol (AP-7) mientras llega el tren de litoral hasta Marbella y Estepona. Lo llamativo de esta iniciativa es que el grupo socialista votó a favor días después de que la ministra María Jesús Montero y el secretario general de los socialistas malagueños, Daniel Pérez, expresaran su rechazo a esta propuesta y la calificaran incluso de populista. El portavoz del PSOE, el exalcalde de Mijas Josele González, y el diputado José Bernal justificaron su voto, contrario al aparato socialista, «por coherencia» con el objetivo de mejorar la movilidad en la provincia. Resultan por eso muy sorprendentes las declaraciones del subdelegado del Gobierno en Málaga, Javier Salas, en las que señala que si el PP tiene tanto interés en el tren del litoral, anunciado y defendido en reiteradas ocasiones por ministros socialistas años atrás, que lo financie la Junta de Andalucía.
Es difícil encontrar tanto desatino en el PSOE respecto a un proyecto de tanta trascendencia para la provincia de Málaga y sólo se puede explicar en intereses partidistas que nada tienen que ver con las necesidades de los ciudadanos y residentes malagueños. Es verdad que en este caso del tren del litoral tanto el PSOE como el propio PP se han caracterizado por los reiterados incumplimientos y, diría, por el reiterado engaño. Sin embargo, algún día habrá que pasar página a tanto desinterés y a tanta demagogia y ponerse manos a la obra para hacer realidad una conexión ferroviaria estratégica para el desarrollo de la provincia.
La idea de suspender temporalmente el peaje, que surgió de unas declaraciones de la delegada del Gobierno en Málaga, Patricia Navarro, resulta complicada y muy costosa, pero simboliza la necesidad de hallar soluciones para desbloquear esta actuación. El tren del litoral para conectar toda la costa por tren no es un lujo ni mucho menos un capricho como parece que lo quieren considerar algunos representantes públicos. Sería curioso poner cara a cara a la ministra Montero, a Salas y al propio Daniel Pérez con los miles de trabajadores que día a día tienen enormes problemas para desplazarse hacia Marbella o Estepona y que tienen que invertir mucho tiempo y mucho dinero para llegar en autobús o en coche particular. El hecho de que diputados provinciales del PSOE como González y Bernal hayan plantado cara a su partido y al Gobierno central demuestra la incongruencia de los planteamientos de la dirección del PSOE en este asunto.
Recientemente una directora de hotel en Marbella nos comentaba los casos de trabajadores que han tenido que rechazar ofertas de empleo por la imposibilidad de desplazarse diariamente hasta allí. Es un ejemplo muy significativo que deberían tener en cuenta los cargos públicos del PSOE que desde Madrid o por una obediencia ciega e incompresible se resisten a apoyar este proyecto.
Hay que aportar sentido común y plantear el mejor proyecto posible. No soy experto ni ingeniero, pero parece que lo esencial es configurar un plan que sea viable aunque quizá no sea el mejor. Porque este tren no es sólo para turistas, sino para ciudadanos de a pie y para vertebrar la provincia. Cuando se inauguró el tren de cercanías en julio de 1975 en la página de SUR que publicaba la noticia se destacaba el objetivo de prolongar la línea hasta Marbella. Medio siglo después aquella aspiración sigue varada en la incompetencia política.
Qué grande sería ver cómo todas las fuerzas de la provincia se conjuran para impulsar este tren del litoral que conectaría toda la costa, desde Nerja hasta el Campo de Gibraltar y que todas las administraciones trabajaran con lealtad institucional para hacerlo posible. Quizá es mucho pedir, visto lo visto, pero quizá este primer paso escenificado por la propuesta de Navarro y el pleno de la Diputación pueda ser la primera parada de un trayecto que, aunque se vea largo y proceloso, lleve a la provincia al destino que se merece. Lo más populista es embarrar el debate y lo más responsable es meter el hombro. Olé por Navarro, Salado, González y Bernal, y otros muchos. A ver si cunde el ejemplo.
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