Un año trepidante
Málaga vuelve a marcar hitos en su camino, parece que imparable, hacia su consolidación como una de las mejores ciudades del mundo para vivir y trabajar; eso sí, con sus luces y sus sombras
Más de 12.000 expatriados de todo el mundo participaron hace unos meses en una gran encuesta de la entidad InterNations para elaborar una lista ... de las mejores ciudades del mundo para vivir y trabajar. Este ranking surge a partir de las respuestas de personas de 177 nacionalidades y el resultado colocó a Málaga como la primera del planeta. No deja de ser una anécdota, pero viene a resumir los efectos de otro año trepidante para Málaga y provincia, que va consolidando paso a paso su condición de destino preferido por su clima, sus condiciones de vida, sus gentes y, algo quizá intangible, esa sensación de que aquí, al sur del sur, se vive bien.
Es verdad que esta propia lista que publicó la revista Forbes daba pistas sobre las sombras de este estrellato: el capítulo de mercado laboral local relegaba a la ciudad al puesto 41. Así, de golpe.
No se sabe muy bien a dónde nos llevará este camino, pero lo cierto es que parece un buen camino. La llegada de Google a Málaga sitúa a la ciudad en el eje mundial de la ciberseguridad, algo que se puede considerar uno de los hechos más relevantes en el sector empresarial y que lleva la firma de una de las personas que más ha trabajado por la dimensión internacional tecnológica: Bernardo Quintero, fundador de Virus Total –germen de este centro Google– y artífice de que el espeto, con todo lo que ello significa, sea conocidísimo en el Silicon Valley de San Francisco. Detrás de Google han venido y vendrán muchas más compañías.
Al final, aunque sea una opinión subjetiva –para eso están los artículos de opinión– lo más importante que ha ocurrido en los últimos tiempos en Málaga y Andalucía ha sido el aumento de la autoestima colectiva de los ciudadanos. Los malagueños y los andaluces hemos abandonado la resignación y la hemos cambiado por la ambición bien entendida. Tanto es así que el sur desafía al norte incluso para pensar en ganar cualquier pulso. Al margen de criterios objetivos, especialmente el de la rentabilidad, en la mayoría de las ocasiones la balanza termina por inclinarse por cuestiones subjetivas, por percepciones e, insisto, por intangibles.
Los récords de pasajeros en el aeropuerto, con 20 millones, en la llegada de turistas, en el número de afiliaciones a la seguridad social o en la cifra de autónomos no dejan de ser datos fríos, pero evidencian una buena tendencia. Hay mucha actividad y lo que parece lógico preguntarse es qué hacer para que todo ese movimiento económico redunde de manera más directa en la sociedad malagueña.
Pero esto parece una fiesta continua, aderezada por la felicidad de títulos deportivos, como la Copa del Rey del Unicaja o el título de liga del Balonmano Costa del Sol, o por acontecimientos como la Copa Davis de tenis, la Solheim Cup de golf o la visita de la selección campeona del mundo de fútbol, así como la consolidación de festivales como el Starlite de Marbella, el Marenostrum de Fuengirola o el Cala Mijas, así como infinidad de conciertos y pequeños festivales.
Digamos que Málaga se está también descubriendo a sí misma en el sentido de ver la cantidad de cosas buenas e interesantes que se hacen aquí. La multitudinaria celebración de los Premios SUR Malagueños del Año, con la colaboración de Unicaja Banco, fue, casi sin querer, una demostración de todo esto. El profesor Javier Laserna ha sido clave en la contribución de la UMA al proyecto Marte 2020 de la Nasa. Laserna y su equipo lograron llevar el nombre de Málaga hasta Marte al incorporar una tarjeta de calibración en el Rover Perseverance, un vehículo autónomo que recoge muestras de la superficie marciana; la joven Natalia Baldizzone es campeona del mundo de patinaje sobre ruedas; la escuela Les Roches de Marbella ha conseguido ser el mejor centro de este grupo mundial dedicado a la formación en la hotelería y el lujo; la actriz Alessandra García se está consolidando como una de las figuras emergentes del teatro contemporáneo español; El Kanka es El Kanka, genio y figura, humilde y grandioso al mismo tiempo; Dani Hierrezuelo ha culminado la carrera más exitosa del arbitraje español en baloncesto. Gente buena, buena gente y gente excepcional de El Bulto, Huelin o de donde sea. Fue especial comprobar el talento malagueño nacido desde las entrañas de la ciudad.
Así, como definió el propio alcalde en la gala Malagueños del Año, «es trepidante». Sí, una Málaga trepidante y un equipo de SUR dispuesto a contarlo.
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