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Le hice a Mario Vargas Llosa una de las entrevistas más largas de su vida. Comenzó a las nueve de la mañana y acabó ... cerca de las 12 de la noche, aunque, en realidad, duró nueve minutos: un minuto para una pregunta con bloc y bolígrafo al empezar el día y ocho minutos de grabación antes de la medianoche. Fue un acto de paciencia y educación del escritor que siempre agradeceré. Servidor acechó durante 15 horas el momento oportuno para la charla y Mario nunca se escabulló, pero tuvo que atender a tantos compromisos importantes que, al final, la entrevista se desarrolló en un taxi y en dos viajes de cuatro minutos, que lo llevaron del Hostal de los Reyes Católicos a la facultad de Periodismo, donde participó en una mesa redonda, y de allí al Rectorado de la Universidad Compostelana, donde cenó.

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diariosur 15 horas con Mario