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Dice el señor Casado que el PP no está para resolverle los problemas al PSOE, y tiene razón. Para un socialista es muy halagador que el líder de la derecha confunda al PSOE con España. Ya lo decía el presidente Rodríguez Zapatero: el PSOE es el partido que más se parece a España. Casado ha dado un paso más. En todo caso, lo que sí esperamos todos de Casado y su partido es que ayuden a resolver los problemas de España, al menos tal como ellos los perciben.

¿Qué puede hacer el partido del señor Casado con sus actuales fuerzas, y en coherencia con sus preferencias políticas e ideológicas, para beneficiar a España o, en su defecto, para evitarle males mayores? Si no lo he entendido mal, que es probable, la derecha está convencida de que lo peor que le puede ocurrir a España es un gobierno en coalición del PSOE y Unidas Podemos con el apoyo parlamentario del separatismo catalán. Para evitar ese mal basta con que se abstengan, y así el presidente Sánchez no tendría que negociar nada con los separatistas. Aunque más que una negociación inexistente con los separatistas lo que evitarían sería un bloqueo en la investidura, y sería bueno.

El siguiente peor escenario para España a ojos de la derecha sería una coalición del PSOE con UP aunque fuera sin el apoyo de los separatistas. En mi opinión, en una situación de bloqueo en la investidura del presidente Sánchez, el PP debería abstenerse sin condiciones, tal como hicimos los socialistas en la investidura del presidente Rajoy, pero lo cierto es que Casado podría evitar el escenario de un gobierno de coalición entre PSOE y UP poniéndolo como condición para su abstención. Lo que llevaría a UP a tener que elegir entre un gobierno de izquierdas, del que ellos no formarían parte como ministros, o el bloqueo del sistema. Lo que no es muy esperanzador.

Porque el problema es que ya en 2016 el señor Iglesias se convenció de que, vista la dificultad de asaltar los cielos, lo fundamental es conseguir un ministerio, y eso significa, entonces y ahora, el apoyo de los separatistas catalanes. Los socialistas estábamos convencidos ya entonces de que un gobierno así no es viable, y por eso intentamos el pacto con Cs, pero Iglesias rechazó ese acuerdo y prefirió un gobierno presidido por Rajoy a uno presidido por Sánchez sin él dentro. El destino del gobierno que nació de la moción de censura demostró que el señor Iglesias está equivocado y los socialistas tenemos razón, no hay gobierno viable con el apoyo de los separatistas. Pero, por desgracia, un gobierno del PSOE con el apoyo de los separatistas catalanes es la única fórmula que le permitiría al señor Iglesias sentarse de manera inmediata, aunque breve, en el Consejo de Ministros. Por cierto, esa misma fórmula también les facilitaría el acceso al Gobierno a los señores Casado y Rivera, aunque tengan que esperar un poco más. Tanto Casado (y Rivera) como Iglesias necesitan, para llegar al Gobierno, que el PSOE dependa de los separatistas catalanes. Una infeliz coincidencia para el PSOE y, sobre todo, para España.

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