La impunidad vial en Málaga
Ya ni por la acera estás seguro, porque a un listo se le puede antojar aparcar encima...
Puedo entender que van cortos de personal en la Policía Local, y de hecho han convocado oposiciones. Ante la escasez de efectivos, los que hay ... se tienen que concentrar en lo que es más urgente. Pero la situación se está volviendo insoportable. La impunidad vial es una constante en las calles, y ya ni siquiera caminando por las aceras estás seguro: en cualquier momento a un listo se le puede antojar aparcar justamente encima donde tú estás, y te tienes que aguantar.
La gente con los coches en Málaga hace, literalmente, lo que le da la puñetera gana, y no pasa nada. Cerca de casa tengo una famosa panadería, que además está siempre abierta. No los menciono porque no es culpa de ellos que sus clientes sean tan incívicos, pero es que en el corto tramo que lleva al establecimiento se pueden llegar a ver hasta hileras de coches en fila parados sobre la zona peatonal. Ya les pueden ir dando a los vecinos mayores, con dificultades para caminar, y a los padres y madres con sus carritos de bebé. Por no decir que bloquean hasta la entrada y la salida de los edificios de viviendas. Se viven situaciones de peligro porque los transeúntes se echan a la calzada para poder cruzar. Y no es sólo «un minutillo», que es el mensaje recurrente de todos los que se toman las normas por el pito del sereno. He llegado a ver coches ahí encima durante horas, y nunca pasa nada.
Este es sólo un ejemplo, pero en mis trayectos diarios por trabajo a lo largo de la ciudad, siempre en moto, no hay día que no recopile un catálogo de al menos cien multas. Como he dicho antes, sé que son pocos agentes y están desbordados, pero si me dejaran una cámara acoplada en el frontal, les aseguro que en una semana con las multas pagaban todas las extras del verano.
La doble fila es prácticamente una forma de aparcamiento más, tanto que la DGT está contemplando incluirlo en el Código de Circulación para los malagueños: estacionamiento en línea, en batería y con los cuatro intermitentes. En algunas vías hay que hacer slalom, saltando de un carril al otro porque llega a haber coches parados ¡en los dos laterales! Luego está el que aparca encima del carril bici, porque él lo vale, y a los pobres ciclistas los echan a pelearse, bien con los peatones, bien con el resto de vehículos de motor, que no sé qué es peor. Por no hablar de los que van hablando por el móvil, que se cuentan por decenas; a toda leche en calles estrechas de un único sentido; o directamente haciendo alardes de conducción temeraria.
Los barrios de Málaga están marcados por una peligrosa impunidad vial, a la que nadie quiere poner remedio
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