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La Tribuna

La impronta latinoamericana de León XIV

Francisco J. Carrillo

Académico Correspondiente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas

Lunes, 9 de junio 2025, 02:00

León XIV reavivó en mi memoria tres referencias: América Latina, Cartago y 'Las confesiones' de san Agustín. Mis primeros destinos internacionales fueron en América Central ... y en la América amazónica. Cinco años de impronta para toda la vida. León XIV en su vida misionera pasó treinta años en el noroeste de Perú, a dos pasos de Amazonía, en un contexto social y político con corruptela, con pobreza viva y guerrilla (Sendero luminoso); inmersión que le acompañará para siempre. Le llamaban 'el santo'. En Cartago de Túnez (ss. IV-V) estudió las humanidades Agustín de Hipona con un comportamiento, según dicen, licencioso. Su madre Mónica (santa) allí se desplazó siguiendo a su hijo. [Destinado a Túnez, iba a alquilar una casa junto al mar. Entre la orilla y la vivienda se veían unas piedras de cimentación. Los arqueólogos barajaban la hipótesis de que fuera la casa de Mónica en donde también habitaría su hijo]. En Cartago leí 'Las confesiones' y 'La ciudad de Dios', escritas por san Agustín tras su conversión en Italia. Jürgen Habermas, en 'Una historia de la filosofía', volumen II ('Libertad racional. Huellas de los discursos sobre la fe y el saber'), no ahorra citas a Agustín: 'cree y ya has comido'; 'la civitas divina y la civitas terrena' que nos recuerda a aquella afirmación del Cristo: 'Mi reino no es de este mundo', pero en él estoy como testigo de la denuncia profética -añado-, no en confrontación ideológica sino con principios y valores que inspiran doctrina y no ideologías.

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