Borrar

Un hospital en el tejado

La tribuna ·

Si es cierto que Andalucía sigue apostando por un modelo sanitario público solvente, el camino no es dejar que los problemas se enquisten y esperar el conflicto para reconocer su existencia y afrontar su solución

Juan de Dios Colmenero

Martes, 6 de noviembre 2018, 00:41

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

No son buenos tiempos para el debate sereno y el acuerdo. La política se parece cada vez más a un circo de tres pistas donde malabaristas, equilibristas y acróbatas compiten en habilidades para ganarse la atención del respetable. Cámbiese artista por político y pista de circo por plató de televisión y la comparación podría ser muy verosímil.

Ajeno al fragor de la perpetua pugna electoral en la que nos tienen inmersos, el reloj que marca la cuenta atrás para la puesta en marcha del nuevo Hospital Regional continúa imperturbable señalando la fecha de un compromiso sanitario con la ciudad de Málaga, mil veces anunciado y otras tantas incumplido.

Que la sanidad pública es uno de los pilares del Estado del bienestar y que todos los políticos deben corresponsabilizarse en la defensa de unos servicios públicos de calidad parecen conceptos incontestables. Sorprende, pues, que formulada una necesidad perentoria y aceptada por todos los implicados en llevarla a cabo, inmediatamente broten las dudas y comiencen los chalaneos partidistas.

Me resisto a pensar que llevan razón los que sostienen que «la política es el arte de impedir que los ciudadanos profundicen demasiado en aquello que verdaderamente les importa», pero la evolución de este tema apunta en este sentido.

Con el adelanto de las elecciones autonómicas, la incertidumbre de sus resultados y sin un compromiso de asignación presupuestaria firmado, ¿quién garantiza que la vertebración del vetusto Hospital Regional de Málaga se llevará a cabo en el plazo comprometido? Acostumbrados como estamos a una política sanitaria andaluza 'movile qual piuma al vento', ¿podemos estar seguros de que los nuevos responsables de las consejerías, incluso si fuesen del mismo signo político, asumirán los compromisos previos?

Mientras se resuelven las incógnitas electorales autonómica y municipal, se estabilizan las nuevas mayorías y finalmente se deshoja la margarita de su voluntad de colaboración, el Hospital Regional de Málaga, lavado de cara tras lavado de cara, proseguirá su inevitable deterioro. Los profesionales seguirán escuchando de sus directivos y éstos de los servicios centrales del SAS que su eficiencia dista de la deseada, que hay que optimizar los recursos existentes y que aún existe un amplio margen de mejora. Los pacientes continuarán sufriendo los déficits estructurales y, lo que es peor, una asistencia fragmentada, que sin entrar en detalles del riesgo que comporta demora muchos procesos asistenciales, sobre todo los que requieren traslados entre pabellones.

Entregado hace meses el informe de la Comisión de Expertos creada al efecto, ¿qué puede explicar una postura tan indolente de la Consejería de Salud en este tema? Posiblemente haya varias razones, pero a mi entender dos son las fundamentales: no existe la esperable presión social y los profesionales hospitalarios han perdido la confianza en su capacidad para introducir modificaciones en el sistema.

Sociológicamente Málaga tiene los rasgos propios de una ciudad de aluvión; crecimiento exponencial en un escaso periodo de tiempo, población muy heterogénea, una gran parte de ella con escaso arraigo y que busca soluciones individuales a problemas colectivos. Sin estas peculiaridades no se explicaría el crecimiento espectacular de los seguros privados en Málaga. Según datos del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), la provincia de Málaga aglutina cerca del 45% de la oferta sanitaria privada de la Comunidad y el 23% de la población de Málaga posee un seguro médico privado. Sin la actividad complementaria de los seguros privados, las carencias de la asistencia especializada y de la estructura hospitalaria pública de Málaga capital se hubiera puesto en evidencia hace ya bastantes años. Por otra parte, la política de personal del SAS en las últimas dos décadas no ha sido ni lo estable ni lo suficientemente estimulante como para fomentar la dedicación exclusiva de los profesionales al Sistema Sanitario Público. La consecuencia, escaso compromiso con el fortalecimiento y mejora de su hábitat laboral.

Cicerón decía que «errar es humano, pero solo los estúpidos perseveran en el error». Por tanto, si es cierto que Andalucía sigue apostando por un modelo sanitario público solvente, el camino no es dejar que los problemas se enquisten y esperar el conflicto para reconocer su existencia y afrontar su solución. Por su peso socioeconómico y la imagen de la comunidad de Andalucía que proyecta hacia el exterior, Málaga no merece el trato que se le tributa.

Como escribía Elena de Miguel recientemente en un lúcido artículo sobre las malas costumbres: «Nos hemos acomodado a no hacer nada, ni ante aquello que sí está en nuestra mano». Nos hemos acostumbrado a las promesas sanitarias incumplidas.

Siendo conscientes de que la gestión de la sanidad pública no es fácil y lejos de caer en el victimismo de pensar que los problemas que padece el Hospital Regional de Málaga son intolerables y los de los demás soportables, es perentorio que exista la suficiente cohesión social en torno a este tema como para exigir que toda formación política en las próximas convocatorias electorales autonómicas y municipales se comprometa a incluir en su programa la solución realista de esta justa reivindicación.

A todos los actores implicados en resolver este problema convendría recordarles las palabras de Luigi Pirandello cuando en su obra 'Seis personajes en busca de autor' afirmaba: «Los hechos son como los sacos; si están vacíos, no pueden tenerse en pie. Para que se sostengan hace falta en primer lugar llenarlos de razón y después, entre todos, de los sentimientos que los han determinado». La vertebración del Hospital Regional «bien vale un acuerdo».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios