El hielo no viene de Ucrania
VOLTAJE ·
Jamás te acuestes con alguien que no tiene cubiteras en casaCon el verano pasa igual que con los sábados por la noche, que cualquier tontería puede convertirse en noticia. Ahora dicen que falta hielo, pero ... hay evidencias frescas de cierto tongo informativo. Se trata de una alarma 'in absentia'. Se sobredimensiona la cuestión, lo dice un articulista que está escribiendo de eso. No hay hielo para tanto cubata. Hay déficit de estos cubitos que son el motor de una humanidad que no sería la misma sin el agua congelada y fabricada de esta manera en concreto que dicen que ahora nos falta. Se limita el número máximo de cubitos que corresponde por cada persona y día. Hielos Raquel todavía no se ha pronunciado.
Solo una vez en mi vida he visto usar croquetas congeladas para enfriar copas, y he estado en varias situaciones en las que el hielo ha sido tan necesario como el aire. Dicen que a hacer hielo en casa se le llama 'hieling'. Se trata de una estupidez muy valiente, porque la fabricación doméstica de cubitos ha sido de toda la vida la principal función del congelador que tiene en casa, más o menos, todo el mundo. Desde luego, cualquiera que haya podido permitirse comprar este ejemplar de periódico, tomar un café o una caña, o estar suscrito, que tanto da: hacer hielo es el objetivo primordial de cualquier congelador y me sorprende seguir conociendo a personas que no tienen cubiteras para hacerlas en casa. Jamás te acuestes con alguien que no tiene cubiteras.
Otra de las funciones de la nevera sin lugar a dudas es la de congelar gente. Quién no ha coqueteado alguna vez con la magia negra. No es difícil. Pones una foto o un nombre en el congelador y todo lo que haga esa persona deja de afectarte. Un día descubrí que en casa de un amigo tenían congelada a muchísima gente. En el congelador había un montón de papelitos con nombres de personas apuntadas con un boli. Conocía a varios. Estaba, por ejemplo, José María Aznar. Hay una historia mejor y es la de esta amiga que fue al cumpleaños de un viejo rockero. Al ir a la nevera a por hielo, es decir, a culminar una función primordial de este aparato, encontró en los cajones del congelador varios libros de una escritora que durante varios años había sido novia del rockero (en esta historia, todos son ex). El exrockero no solo congelaba su nombre, sino toda su obra, lo que componía la bibliografía completa de su odio hacia esta señora, incluyendo en el pastel a todos los personajes ficticios que aparecen en sus libros. No es ficción, es fantasía. El ron alarga la noche, el hielo expande las tardes de verano.
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