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Gámez y los héroes de verde

En la defensa de la Benemérita y del 78 nos va mucho. La libertad, de entrada

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Lunes, 20 de enero 2020, 07:36

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Uno tiene anclajes en el Instituto Armado. Uno se ha ido a los picachos sabiendo que hay quien cuida por mí. Han pasado muchos años de plomo en los cuarteles, sí, en los cuarteles del Norte. La Guardia Civil es una de nuestras mejores causas y por eso, de entrada, uno respira cuando sabemos que está en manos de una malagueña.

Sabemos que al sanchismo la Guardia Civil se la trae al pairo, que por si él fuera convertiría las casas-cuartel en espejitos de sí mismo (de Sánchez). Sabemos por dónde le tiene cogido el PNV y lo que tiene encima María Gámez es, de primeras, como un marrón importante. Por eso, precisamente por eso, confiamos en María Gámez, que ha exhibido siempre gran eficacia y pulcritud en la gestión, dos raras virtudes en este tiempo tan líquido.

Comparamos a Gámez con lo que es hoy el Gobierno central y sí, hay motivos para la esperanza. La responsabilidad es supina, pero yo ya tengo escrito por aquí que como malagueños somos los primeros en el peligro de la libertad, y la libertad aquí solo la consagran el 78 y la Benemérita.

De entrada, sin prisa pero sin pausa, Gámez tiene que partirse la cara por la equiparación salarial. En eso nos va muchísimo. Y luego en el prestigio de quienes cuidan la democracia y los caminos y van de verde.

La empatía de Gámez, además, puede servirnos de parapeto ante el empuje de los chicos populistas que ya se ve en lo que han convertido la igualdad: en una agencia de colocación de esperpentos y censuras. Frente a eso, María Gámez tiene una tarea impagable ahora, aquí, cuando tanto oscurece. Como dijo ayer Trujillo, la gestión del rescate de Julen la habilita para tan alto honor.

Hay retos, claro. De entrada, que hay sitios por ahí arriba donde muchos van recogiendo las nueces de los chicos de las pistolas. Y conductores suicidas, y cajeros que arden. Y heridas abiertas, y huérfanos del Cuerpo. Y pensiones del ISFAS, y la ilusión en Valdemoro y en Úbeda en promociones que aún en estos tiempos creen en la lealtad, la integridad y el honor. Y luego el quitarle a la institución todo ese folclorismo que usó Lorca. Y venderle al mundo que con la Guardia Civil nos pasa lo mismo que con la Seguridad Social, que no sabemos lo que tenemos y que nos acordamos de ella sólo cuando llueve.

Ahora, entre que Gámez aterriza, habría que recordar aquel «No nos dejéis solos» de los días de ruido y furia en aquel otoño catalán cuyos golpistas, hoy, tienen ya rango de subsecretarios. Aunque sea desde el 'maco'.

Yo quiero aprovechar esta carta de lunes para pedirle a Gámez por la Guardia Civil, la caminera, la motera y la montañera. Ahora no les podemos dejar solos. Acaso porque la Historia, en mayúscula, nos contempla.

A la nueva directora hay que recomendarle el lema de siempre: paso corto, vista larga y...

Que así sea.

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