Del ficus del barrio de Triana al plan litoral de Málaga
REPASO SEMANAL ·
Andan en Sevilla todavía bastante 'moscas' con la decisión de United Airlines de traer a Málaga su vuelo desde Nueva York en detrimento de la ... capital andaluza. En la cuna de la sevillanía se considera que ha habido alta traición por parte de la Junta de Andalucía, porque los principales altos cargos de la Consejería de Turismo son malagueños y los han acusado de actuar en plan malaguita, pasando por alto el pequeño detalle de que la gran potencia turística de la comunidad es la Costa del Sol y que el aeropuerto de referencia para los vuelos internacionales es el de Málaga y no el San Pablo, que sin querer faltar el respeto parece un aeropuerto de pueblo si se compara con el de provincia malagueña. Esto no deja de ser una decisión empresarial, pero en el río Guadalquivir andan las aguas revueltas por el ascenso que ha experimentado Málaga en los últimos años. La élite sevillita, que no la población en general, que ha votado en masa a los malagueños para dirigir la Junta, no acaba de digerir que el presidente de la Junta sea de Málaga y eso que el anterior número dos del Gobierno andaluz, que no era Marín, sino Elías Bendodo, también lo era. Canal Sur sigue presidido por otro vecino de aquí, Juande Mellado, y el presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía, Javier González de Lara, también es malagueño. Y tragarse eso después de casi cuatro décadas de dominio sevillano en las alturas es muy difícil de soportar, sobre todo, cuando el avance de las dos ciudades es muy desigual. Málaga está de moda en España y fuera de nuestro país, mientras que Sevilla sigue soportando su poderío, que lo tiene también, en el mero hecho de ser la capital, con lo que eso conlleva de empleo público, pues allí trabajan miles de funcionarios autonómicos.
Málaga ya se olvidó de reclamar el traslado de alguna Consejería aquí, algo que la verdad es que no tenía lógica, y apostó por la iniciativa privada, por convertirse en una capital tecnológica, donde las grandes firmas del mundo ya han decidido instalarse en suelo malagueño. Para colmo, en los últimos días se ha dado a conocer la proyección de población de las dos provincias y resulta que Málaga va a alcanzar a la capital de Andalucía en el plazo de quince años. Y eso ya es demasiado. Han saltado las alarmas allí. No se sabe si se maniobrará como pasó en los años ochenta para que Torremolinos se desgajara de la capital, lo que sin duda se perpetró para mermar el poderío de Málaga, que hoy día tendría nada menos que setenta mil habitantes más. A nadie le extrañaría que pudiera pasar lo mismo en el futuro con otros barrios de Málaga que están en expansión, como Churriana o Campanillas, donde viven actualmente unas 40.000 personas y donde se prevé que vivan bastantes más en los próximos quince años. Habrá que estar atentos para que no pase lo de Torremolinos.
Málaga decidió ponerse a trabajar por su cuenta al darse cuenta de que no iba a tener ayuda alguna del centralismo sevillano. Se olvidó de predicar en el desierto y de lamerse las heridas con el discurso del agravio, que sin duda existía, pero que no iba a resolverse de la noche a la mañana si no era con un cambio de gobierno, que es lo que finalmente ha pasado. Ahora las voces del agravio llegan desde el Guadalquivir. Mal camino llevan por ahí. Es muy significativo que uno de los asuntos de actualidad en la capital hispalenses sea la tala de un ficus en el barrio de Triana. Sí, han leído bien, un puñetero ficus, que ha desatado una especie de drama en la población y que ha ocupado páginas y páginas en los periódicos de nuestros compañeros sevillanos. Mientras tanto, en Málaga, el debate se está centrando en el plan litoral, una actuación transformadora de la ciudad que está cifrada en unos 400 millones de euros y que resulta vital para el futuro del área metropolitana. Esa es la diferencia que hay entre las dos ciudades actualmente y eso no es culpa de los políticos malagueños que están trabajando en la Junta de Andalucía. Hay que estar ciegos para no ver eso. Esa es la realidad y por eso Málaga seguirá avanzando de manera irremediable hasta alcanzar a Sevilla, que sin duda alguna es una gran ciudad y que no merece tener a unos dirigentes con tan pocas luces.
La élite sevillana sigue bastante 'mosca' con el poder malagueño en la Junta y con el progreso económico de la provincia
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión