Ernesto Bambi Urtasun
La superioridad moral es odio disfrazado. Conciencia falsa de poseer la verdad. El bien secuestrado por la ideología. La necesidad de imponer el criterio propio. ... Ernesto Urtasun eliminando el Premio Nacional de Tauromaquia.
Este pasado viernes el titular del Ministerio de Cultura decidió cargarse de un plumazo este galardón oficial. En el contexto político actual de insignificancia política de su formación, a la que los diferentes comicios electorales la están relegando a la marginalidad, ha querido hacerse notar con una nueva provocación a los que no comulgan con su visión sobre los toros. Envuelto en una falsa bandera de la lucha contra el maltrato animal, nos impone su criterio ideológico sesgado de gradación del mal dependiendo si el animal a defender es un cordero degollado o un toro estoqueado. Al primero que le den, al segundo hay que protegerlo. La sociedad instantánea en la que vivimos tiene algo de infantil y perversa, de ahí que Ernesto Bambi Urtasun se atreva con lo insustancial y no con lo relevante. Es la política 'Walt Disney' de los populistas de Sumar, donde hacen hablar a los animales e imponen el silencio a los adversarios. Tanto él como Yolanda Díaz siempre nos están regañando cuando hablan.
Los toros se están convirtiendo en los últimos años en un refugio de libertad, frente a las aspiraciones totalitarias de los nuevos comunistas disfrazados de izquierda populista. El enemigo a batir es una concepción secular de España, no son los toros. Van a hacer buena la expresión orteguiana de que la situación de la Fiesta de los toros es un síntoma de cómo va España.
Lo dejó dicho nuestro gran Ignacio Sánchez Mejías en Nueva York delante de Federico García Lorca: «España, país de ancestral sensibilidad artística, presencia las corridas de toros sin dar a la sangre más importancia de la que tiene. España cuando va a la plaza, enseña en la puerta el certificado de educación artística».
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