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JESÚS NAVARRO
Empleo 4.0 y formación

Empleo 4.0 y formación

La mano de obra malagueña se encuentra abocada a la temporalidad, parcialidad y bajos salarios, en un mercado de trabajo en el que ni la formación ni la experiencia son valoradas por los empresarios

fernando muñoz cubillo

Lunes, 4 de febrero 2019, 00:29

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Para quienes se adentran en el estudio del inmediato futuro laboral, incertidumbre, es una de las palabras que seguro define con claridad el análisis que podamos realizar sobre la inmediatez de los cambios tecnológicos y su implicación en este ámbito laboral.

Pero para las millones de personas trabajadoras, ocupadas o no, en este momento desconocimiento, es otra palabra que se ajusta a su realidad laboral. Los gobiernos de nuestro país, tanto regionales como Estatal, o no son conscientes de este problema, o no está entre sus prioridades la adecuación de la fuerza del trabajo a la realidad empresarial con las nuevas tecnologías.

Hasta el año 2012, antes de la reforma del gobierno del PP, en la gestión de la formación participaban las organizaciones sociales implicadas en el proceso de producción: representación empresarial y organizaciones sindicales. Una campaña mediática contra estas organizaciones, de desprestigio, para difundir dudas sobre la transparencia de su gestión, campaña que costó mucho dinero a quienes se emplearon a fondo en ella, nunca estuvo fundamentada sobre ninguna sentencia judicial que la soportara, alcanzó su objetivo restando capacidad de participación a las organizaciones sindicales. Con ello se dejaba aún más desprotegida a la población trabajadora y su necesidad de un adecuado diseño formativo tanto inicial, como para desempleados o de recualificación profesional.

Hoy, desde CC OO, queremos poner el acento en el cambio tecnológico que nos lleva a una nueva realidad laboral. Las empresas están en un proceso de adaptación permanente a las nuevas tecnologías, y en muchos casos, sin importarles las consecuencias para sus plantillas. El sector de la banca y ahorro ha sido de los primeros y de los más importantes en la aplicación de estas nuevas formas de producir, y ello a pesar de que la banca cierra año tras año sus ejercicios contables con beneficios; pero también comienza la aplicación en otros sectores como la hostelería.

Hace cuarenta años los talleres de reparación de máquinas de escribir, fueron cerrando, mientras se abrían empresas dedicadas a la venta y reparación de ordenadores, y la población trabajadora se afanaba en formarse en programas informáticos antes impensables. ¿se destruyó empleo?, ¿se creó nuevo empleo? ¿dónde?.

En Málaga, no siendo rigurosos en el manejo de datos, el desempleo y las altas en seguridad social del año pasado 2018, nos arrojaban un balance preocupante: Ha crecido más las altas en seguridad social (+32.000) que disminuido el desempleo (-6324). Estos datos muestran una tendencia: El empleo que las empresas demandan en nuestra provincia, no sólo se cubre con desempleados residentes. Se está produciendo un ajuste de la fuerza del trabajo en términos globales: llegan personas formadas de otros territorios, al mismo tiempo que emigran personas malagueñas, también con formación, a desarrollar su trabajo en otros territorios.

Y no sólo son las industrias tecnológicas ubicadas en Málaga, las principales receptoras de mano de obra de otras provincias, también los sectores vinculados al turismo necesitan personal cualificado. Personas preparadas en el manejo de idiomas, en la gestión de recursos humanos, en nuevas tecnologías, etc…, profesionales del comercio, la hostelería –altamente cualificados–, para la dirección de centros de trabajo en diferentes niveles de responsabilidad.

Frente a ello, la mano de obra malagueña se encuentra abocada a la temporalidad, parcialidad y bajos salarios, en un mercado de trabajo en el que ni la formación ni la experiencia son valoradas por la clase empresarial que basa su competitividad únicamente en el mínimo coste salarial.

Dado que la revolución industrial 4.0 se acerca a mayor velocidad que cualquiera en la historia, los gobiernos deben asumir su responsabilidad y dirigir estos cambios con los principales agentes implicados: Representantes empresariales y de trabajadores. Por eso compartir las decisiones, vigilar que lo acordado se cumple, evaluar las acciones para favorecer la estabilidad de las empresas y puestos de trabajo, garantizar que la población trabajadora tenga un sistema de recualificación profesional gratuito, deben ser tareas que el nuevo gobierno de la Junta de Andalucía asuma desde el minuto cero de su gestión. Se descuenta de nuestras nóminas para formación un 0,7% del salario, y debe ser una prioridad del Gobierno de la nación y de la Junta de Andalucía su uso adecuado y que garantice nuestro empleo. En esta tarea el mayor beneficio es mantener el empleo, la productividad y la competitividad de las empresas, que es lo mismo que hablar de la riqueza de nuestro País.

Pero este compromiso con la formación, no sólo debe tener amparo en las políticas de quienes nos gobiernan, sino el firme compromiso de las patronales del sector y empresas, junto con la representación sindical, en la negociación de los convenios colectivos el compromiso con la formación debe quedar recogida y concretada.

Reducir el desempleo en nuestra provincia, no debe estar sujeto a la disminución de la población activa ni a la emigración de nuestros jóvenes, desde CCOO entendemos que la formación profesional y universitaria, están en la base no sólo de un mejor empleo, sino del aumento de la riqueza de nuestra provincia, impulsar la formación y recualificación profesional debe ser una prioridad.

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