Hoy, por imperativo del decreto 541/2022, se celebra por primera vez el 4 de diciembre como Día de la Bandera de Andalucía. La exposición ... de motivos de este decreto dice gran verdad cuando señala que el 4 de diciembre de 1977 fue la sociedad andaluza la que, como pueblo, tomó conciencia de la necesidad de decidir su futuro dentro del proyecto común de España. También es cierto que ese día, como dice el texto aprobado, más de dos millones de andaluces y andaluzas llenaron las calles, más allá de «cuestiones ideológicas y partidistas», pero falta añadir que salvo algunos. Y ahí es donde cabe un reproche a la nueva norma, que omite lo que todos tenemos en la cabeza. En Málaga, un presidente de la Diputación heredado del franquismo (que no permitía que la bandera blanca y verde ondeara en el edificio de la corporación) y unos mandos de la Policía Armada que seguían entendiendo su función como represión y no como servicio a los ciudadanos dieron lugar a que la alegría se convirtiera en humo, miedo, carreras, palos y, además, luto cuando un criminal, con deshonra de su uniforme, asesinó a Manuel José García Caparrós cerca de la Alameda de Colón. Ese dato histórico no debía faltar en la norma que establece la conmemoración del 4 de diciembre, aunque hay que resaltar el gesto del presidente de la Junta de Andalucía recibiendo a las hermanas de Manuel José.
Recuerdo, como si fuera ayer, las primeras cargas de la policía en la puerta de Diputación, y después las carreras para escapar de una represión injustificada bajo cualquier punto de vista. En la calle Córdoba, después de salir de un bar donde intentábamos escapar de unos policías que apaleaban por el simple hecho de portar la bandera de Andalucía, estaba intentando llamar en una cabina de teléfono a mi casa para tranquilizar a mis padres, cuando un policía enorme, con casco y portando un fusil, no tuvo otra cosa que hacer que disparar a bocajarro un bote de humo que pasó a centímetros de mi cabeza. Estaba solo, era un adolescente que no significa un peligro para nadie y menos para un tipo corpulento que se encontraba lejos. Después de tantos años me sigo preguntando qué se le pasó a esa mala bestia por la cabeza para hacer algo tan abyecto. Me permití el gesto de dignidad de no esconder en ningún momento la bandera que hoy conmemoramos y es símbolo de todos los andaluces. Apenas unos minutos después escuché unos estampidos que sonaban a disparos de arma de fuego, aunque jamás sabré si fueron los mismos que mataron a García Caparrós. Hace unos días, el Parlamento de Andalucía aprueba la proposición no de ley relativa a la desclasificación de los archivos del asesinato de Manuel José García Caparrós, y lo hace con el apoyo de todos los grupos parlamentarios a excepción de Vox. Cada uno se retrata con sus acciones y con sus omisiones, como hace 45 años.
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