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Cultura, escaparate y verdad

Sábado, 20 de septiembre 2025, 02:00

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La oferta cultural de Málaga es, posiblemente, una de las más amplias y activas del sur patrio. El cambio de Málaga no es que haya ... propiciado una mayor oferta cultural, sino al revés: esa gran oferta cultural ha propiciado en gran parte que hoy sea 'la ciudad de moda', o la que el Financial Times calificaba como 'la que siempre sorprende', en reportaje publicado hace poco tiempo. Si el cambio de Málaga ha sido tremendo en los últimos lustros, en cuanto a cultura es espectacular. De apenas ofertar un par de conferencias o exposiciones a la semana (a veces ni eso) en la desértica capital de los años 80 y 90, hemos pasado al momento actual, donde incluso numerosas ciudades cercanas y lejanas aspiran a conocer la pócima mágica en la que nos hemos bañado. No tiene mucho secreto lo ocurrido. Aquí la palanca impulsora la teníamos desde siempre, pero por cuestiones políticas (hay que ser claros) no la habíamos aprovechado. Sin entrar en disquisiciones de si quería a su tierra o no (absurda polémica que ni viene a cuento ni hay una verdad absoluta en ninguna de sus direcciones), la clave estaba en Picasso. Se sabía, pero no se había hecho nada. El impulso fue el recuperar al artista internacional más importante del siglo XX, ampararse en él, cobijarse, y decirle al mundo eso tan cierto como que Málaga era el único lugar del mundo en el que nació semejante genio. Garrido Moraga lo vio claro, y en base a un proyecto que se gestó en los planes estratégicos de los 90, unió cultura y turismo, y la mezcla fue tremenda. La anterior reapertura del Cervantes influyó y no poco. Junto a ello la eclosión de una cultura joven universitaria, que rompió esquemas, amén de la labor de personas individuales con nombres y apellidos que lucharon contra viento y marea y ayudaron a edificar el edificio grande y atractivo de la Málaga cultural de hoy. Fue una rueda que cada vez incorporó a más gente, y en la solidez y éxito aparecieron entes y personas fundamentales: Fundación Unicaja por un lado, con 10 años cargados de esplendor cultural, y Antonio Banderas, con su Teatro del Soho y ahora con Sohrlin (junto a Domingo Merlín) que ha sacado de la podredumbre y el olvido zonas de la Málaga portuaria e industrial, rescatándolas para el gozo y disfrute. Hoy como punto de encuentro cultural, Málaga ha roto todas las previsiones, y es referencia, y eso que hay ciertas lagunas que cuando se rellenen darán un mayor lustre y atractivo a lo que se ofrece al mundo. El 27 es ilusionante; promete. Aunque Urtasun se olvidó de Málaga, ciudad a la que parece no quiere ni ver, lo que aquí va a tener lugar va a ser la repera. Al tiempo, que vamos a disfrutar. Hasta es posible que lo haga el propio ministro de Cultura...

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