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Cuento de Navidad

No cuesta demasiado dinero prevenir algunos emparedados

Pablo Aranda

Málaga

Sábado, 8 de diciembre 2018, 00:05

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En una cena de Navidad se han comido la motocicleta de mi mujer. No es tan grave si pensamos que podrían haberse comido a mi ... mujer, incluso conmigo de guarnición, pues a veces voy de paquete, que es lo que soy. En el puente largo el despertador no suena a las 7 pero suena el portero electrónico. Tenemos miedo de que los robots nos dejen sin trabajo (ya verás cuando se enteren en Vox) aunque la guerra empezó hace tiempo: ya apenas quedan porteros de carne y hueso. Respondo al portero con los ojos cerrados y una persona del vecindario me dice «han hecho un sandwich con la moto de tu mujer». La imagen no me resulta delicada y pregunto «¿qué quiere decir?» aunque sé lo que quiere decir. «Que han espachurrado la moto», aclara, y ya abro los ojos y doy las gracias. Yo había oído algo de madrugada, como un camión de recogida de residuos vaciando un contenedor de vidrios, pero pensé que se trataba de un camión de recogida de residuos vaciando un contenedor de vidrios. En la panadería conocían los hechos pues los panaderos madrugan, y un vecino que escuchó un ruido como de accidente bajó y se encontró con el accidente. Un coche destrozó varios contenedores de basura, varias motocicletas y desplazó a una furgoneta con el golpe, haciendo un sandwich con la moto de mi mujer, que quedó delgadísima entre la furgoneta y una cubeta para escombros. El conductor estaba bien y parte de los efectos del alcohol se le fueron con el airbag. Volvía de una cena de Navidad de su empresa.

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