Hacia la ciudad insostenible
VOLTAJE ·
Apostar por la sostenibilidad no es pintar líneas en la acera para que pasen las bicisNuevo retraso en las obras más importantes de esta ciudad sostenible, y amiga de la infancia, donde los que todavía no hemos cogido el metro ... de Málaga ni una sola vez esperamos nuestro estreno, entre otras cosas porque para coger el metro antes tendríamos que coger un autobús, coche, taxi o similar ya que, desde que se inauguró y hasta hoy, al menos yo, no he acabado en alguno de los barrios por los que pasa el metro preguntándome cómo he llegado hasta allí.
Nuestra candidatura de exposición universal se denomina 'La era urbana: hacia la ciudad sostenible', una construcción que encierra dos incógnitas en cada tramo. En el primero, la cuestión es si esta podría ser la campaña del protocandidato García Urbano para las municipales de 2027, si es que De la Torre no se presenta otra vez. En el otro, 'hacia la ciudad sostenible', la pregunta es de dónde partimos, porque a tenor de esta ciudad y de su modelo, la impresión es que empezamos este reto muy abajo, con palabras hermosas, pero con tantas cosas por hacer que es evidente que esta ciudad tampoco será sostenible en 2027. No importa. Las propuestas utópicas siempre son bienvenidas. Otra cosa sería que la Expo se planteara ya desde su definición como un tremendo paripé, un macroevento para atrapar turistas con una sobredosis de 'stands' en un territorio en el que, a día de hoy, a duras penas se puede llegar en transporte público.
Apostar por la sostenibilidad no es pintar líneas en la acera para que pasen las bicis ni poner cargadores en los aparcamientos. Tampoco se limita a colocar carriles a 30 Km/h que menos mal que nadie cumple (un coche contamina más a 30 que a 50) ni dejar al peatón acorralado como viene ocurriendo desde hace tiempo en el paseo marítimo de la zona Este, donde efectivamente han pintado líneas en la acera para que pasen las bicis, que conviven con el carril 30 que tienen al lado y que se hicieron para eso. Caminar, que quizá sea la forma de movilidad más sostenible, tampoco está exenta de riesgos. Aunque tenemos la Senda Litoral, un acierto de la Diputación que permite que, a falta de un Cercanías, podamos ir a Torre del Mar corriendo.
Málaga tendría que plantearse lo sostenible que puede resultar su iluminación navideña, una de las joyas de la corona, y no ya por lo que puedan contaminar más de medio millón de bombillas, sino por la concepción de una decoración que quiere brillar mediante el exceso. El empecinamiento en levantar una torre enorme en el Puerto tampoco parece que responda a criterios muy sostenibles, ni siquiera en el plano estético. ¿Son todas estas cosas propias de una ciudad que apuesta por la sostenibilidad, tal y como dice que hace?
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