Secciones
Servicios
Destacamos
Crucemos los dedos que no hay dos sin tres, dice el refranero español. El mismo que recoge que a la tercera va la vencida. Lo ... que no explica es cómo será ese triunfo porque lo ocurrido en los dos últimos lunes da qué pensar sobre lo que deparará este próximo. Y es que tras el lunes en que España se fue a negro, con todas las comunicaciones a cero y la tecnología del presente y del futuro más que en cuestión para volver a la época del transistor y la vela, esta semana arrancó con otro apagón en las vías del AVE.
En ambos casos con singulares desapariciones en apenas cinco segundos de 15 gigavatios de la red eléctrica, en el primero de los casos, y de 150 metros de cable de seguridad de las vías de Alta Velocidad en un punto clave de Toledo. ¿Las causas? Pues desde el ciberataque, para el apagón general, al sabotaje en el asunto del AVE como primeras impresiones del Gobierno. Teorías que han ido perdiendo fuelle a la par que iba ganando terreno el reconocer que es pronto para saber el porqué de estos dos insólitos lunes negros. Lo que sí ya está claro es que ambos han puesto de manifiesto que a nivel de servicios España está más cerca del tercer mundo y a nivel de la respuesta del ciudadano los españoles estamos cada vez más cerca de ese civismo y respeto tan valorado de los japoneses.
Pero que nadie olvide que aunque la paciencia es una madre de la ciencia, también tiene un límite. En apenas dos semanas ha quedado en evidencia que no es oro todo lo que reluce en infraestructuras críticas que siempre han reforzado la marca España. Y aunque al mal tiempo se le ha ido poniendo buena cara es fundamental poner en práctica el más vale prevenir que curar porque no se puede seguir tirando la piedra y escondiendo la mano, seguir hablando sin decir nada o señalar culpables pese a desconocer las causas.
Lo único claro es que los grandes afectados son los ciudadanos atrapados en trenes sin luz, sin agua y sin respuestas. Viajeros perdiendo conexiones con vuelos u oportunidades de negocio sin posibilidad de ser compensados por tratarse de «circunstancias extraordinarias», que, por desgracia, cada vez son más ordinarias. Los grandes perjudicados son también los autónomos y pequeños empresarios, el alma del tejido empresarial español, que pese a las pérdidas por el apagón dieron muestras de generosidad y los empleados que hicieron verdaderas exhibiciones de profesionalidad. La única esperanza es que la verdad siempre sale a la luz. Sólo cabe confiar en que más vale una verdad dolorosa que una mentira cómoda.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Encuentran a una mujer de 79 años muerta desde hacía varios días en su domicilio
El Norte de Castilla
¿Por qué ya no vemos tantas mariposas en Cantabria?
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.