Se busca un Málaga a la altura de la afición y de la ciudad

El Málaga está en pleno periodo para hacer el equipo para la próxima temporada y la verdad es que de momento no hay señales de ... que la situación vaya a distar mucho de la pasada campaña. La afición es lo mejor que tiene el equipo y en apenas unos días ya se han dado de alta como socios nada menos que 5.000 personas. Eso es amor a unos colores, pese a los sufrimientos que ha, que hemos, padecido. La situación del club no ayuda precisamente a formar un equipo fuerte, porque los jugadores y los agentes ven con recelo a una entidad que sigue bajo la administración judicial, por lo que indefectiblemente pueden considerar que no hay un proyecto de futuro, sino que simplemente se intenta salir del paso. La Justicia tiene sus tiempos y por desgracia éstos son demasiado largos. No se puede reprochar a la magistrada que cumpla con la ley y los trámites que la misma conlleva, por lo que hay que conformarse con la situación en la que sigue inmersa el club. Pese a ello se ha conseguido que el Málaga pague de una manera puntual sus obligaciones contractuales con su personal y con los jugadores. Y eso es muy importante. El director deportivo tiene que jugar esa baza, además de poner en valor que el Málaga es un club histórico que cuenta con la mejor afición de Segunda, pues el año pasado, pese al martirio que sufrimos, fue el campo de fútbol donde se concentraron más aficionados. A todo ello hay que unir el atractivo que reúne la ciudad en sí, que está disparada. Eventos como el que se organizó esta semana que termina hoy con la presencia del expresidente de Estados Unidos Barack Obama da muestras del nivel que ha adquirido, sin olvidarnos de la pujanza económica que vuelve a tener tras la pandemia con la recuperación del turismo, y su fuerte posicionamiento nacional e internacional del sector tecnológico. Todo esto juega a favor del club, porque Málaga ahora mismo es una ciudad de moda. Por eso, el director deportivo, Manolo Gaspar, tiene que ser ambicioso y apostar por traer dos o tres jugadores de alto nivel y no conformarse con hacer un equipo aseadito para mantenerse cómodamente en Segunda División. Málaga no puede permitirse eso. Basta recordar que antaño cuando el Málaga estaba en la división de plata se intentaba hacer varios fichajes de jugadores que estaban en Primera División. Ahí está el caso del año en el que se reunió a Juanito, a Esteban, a Miguel Ángel Ruiz o a Clemente con Kubala de entrenador en el que se logró el ascenso de Primera División con brillantez. Se ilusionó a la afición y se consiguió el objetivo. Pues eso es lo que hay que hacer este año, sobre todo, teniendo en cuenta que Gaspar presumía de que se había reservado un millón de euros la temporada pasada para hacer fichajes de categoría este año. Esa es su responsabilidad. El Málaga está ahora en sus manos y tiene que apostar por un equipo que genere respeto entre sus adversarios, nada de contratar a jugadores mediocres para salvarse. La afición no se merece ese trato por muy fiel que sea. Y Málaga tampoco. Es muy importante para cualquier capital que pretenda ser puntera tener a su equipo de fútbol en lo más alto. Primero a nivel económico, pues atrae a aficionados de los equipos contrarios que lógicamente gastan en su visita a La Rosaleda. Después hay que añadir el valor que tiene a nivel de imagen de marca en la ciudad, debido a que tiene mayor presencia en los medios de comunicación nacionales. A ello hay que unir el sentimiento de pertenencia que siempre se desarrolla entre la población con su equipo de fútbol. Los ciudadanos necesitan moralmente sentirse orgullosos de que el club de su ciudad se está codeando con los más grandes del fútbol español.