EL BUMERÁN DE LAS 35 HORAS GOLPEA AL PP
Aunque el Tribunal Constitucional tiene la última palabra, contundente e inapelable, y ha tumbado la iniciativa de la Junta de Andalucía, no se puede decir ... que ésta haya sufrido una derrota. Por el contrario, la derogación de las 35 horas semanales de los funcionarios andaluces, sentenciada este viernes por el Alto Tribunal, se vuelve como un bumerán en contra del Gobierno de la nación, de su representación aquí, el Partido Popular en Andalucía, y de su líder, Juanma Moreno. A él apuntaban, tras conocer el fallo, no sólo desde los partidos de la oposición o desde las filas socialistas, sino incluso desde el sindicato CSIF, mayoritario entre los funcionarios, que como no podía ser de otra forma, rechaza volver a las 37,5 horas anteriores, impuestas en 2012 dentro de las medidas de sacrificio de la función pública para hacer frente a la crisis.
Moreno, consciente de que el paso adelante dado por Susana Díaz para reponer las 35 horas era para él una bomba de relojería, intentó fórmulas de acuerdo, vías transversales, consultó catedráticos, finalmente pidió un tiempo para un a suerte de 'transaccional' entre Gobierno y Junta en el TC, que evitara lo que finalmente se ha producido, porque ya había pronunciamientos anteriores derogatorios en el caso de la jornada de los funcionarios vascos y los de Castilla La Mancha.
El caso es paradigmático de cómo funcionan las cosas en la política: Susana Díaz al desafiar la ley, porque desde que lanzó la medida sabía que el Gobierno antes o después la impugnaría, gana aunque pierda y no sólo queda como adalid de los derechos de los funcionarios y de eso tan manido ya de que la recuperación llegue a las familias, sino que causa un daño colateral considerable a los rivales que, dicho sea de paso, no están en sus mejores momentos. Para colmo, vía consejera de Hacienda, se saca de la manga una 'imaginativa' solución, que busca las vueltas al TC y que dejará implantada de facto la jornada derogada.
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