LO BUENO, LO MALO Y LO PEOR
Carta del director ·
En las últimas semanas se están produciendo una serie de hechos que permiten pensar que Málaga afronta una etapa trascendental para su desarrollo tanto socioeconómico ... como urbano. Cómo en cualquier análisis DAFO, podríamos coincidir en las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades que se ciernen sobre la provincia.
Lo bueno es que hay proyectos importantes comprometidos tanto por las administraciones públicas como por capital privado. El presidente de la Junta de Andalucía se reunió con el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, para garantizar la construcción del nuevo hospital en los terrenos del Hospital Civil y la llegada del metro soterrado hasta las mismas instalaciones. Es, como escribí la semana pasada, la aplicación del sentido común. Es verdad que muchos pensamos que lo ideal hubiera sido afrontar la puesta en marcha de una gran ciudad hospitalaria como la de Sevilla en unos terrenos más amplios, bien en la zona Este; en los terrenos de la feria en Cortijo de Torres, como apuntó recientemente Javier Recio, o, como me comentó un eminente arquitecto, en los terrenos del Campamento Benítez. Pero ello significaría dilatar la construcción demasiados años. El presidente de la Junta debería ser consciente de que ha puesto su palabra y su credibilidad en este compromiso y que dentro de tres años, cuando vuelvan las elecciones, deberá rendir cuentas con hechos.
También ha sido positiva la reunión, publicada en exclusiva por Ignacio Lillo en SUR, entre el alcalde y el 'holding' Al Alfia de la familia real de Catar para avanzar en la construcción de la torre del Puerto y asegurar una inversión de 150 millones de euros en la construcción del hotel y el centro de convenciones.
Lejos de los grandes proyectos, es una buena noticia también el proceso de legalización de miles de viviendas en la provincia en situación irregular.
Lo malo es que junto a estos anuncios hay actuaciones que parecen olvidadas, como el tren del Litoral hasta Marbella y Estepona del que ya nadie habla, aunque ministros del PP y del PSOE se pasaran años prometiendo su realización. De la misma forma, se ha metido al cajón de promesa electoral de Moreno Bonilla de llevar el metro hasta el PTA o la idea de Ciudadanos de llevar el Cercanías. Es verdad que los técnicos no lo aconsejan por aquello de que el flujo de viajeros se concentra sólo en la entrada y salida de trabajadores y habría muchas horas muertas (lo que denominan transportar hierro con trenes vacíos), pero también es una falacia pensar que el problema de accesos al PTA está solucionado con el carril reversible. El PTA necesita mayores inversiones, nuevos accesos, bolsas de aparcamientos y, en definitiva, necesita la atención de las administraciones y, en especial, de la Junta. El consejero de Economía, Rogelio Velasco (Ciudadanos) debería empeñarse en ello de forma rotunda.
Tampoco nadie dice nada sobre el impacto que el mapa de inundabilidad tiene en los polígonos industriales, asfixiados por la decisión de la Junta en la etapa de gestión socialista.
Y lo peor, quizá con un punto de exageración por mi corazón malaguista, es la situación del Málaga Club de Fútbol, cuya supervivencia trasciende al hecho deportivo. Una gran ciudad con proyección internacional (turística y económica) necesita un equipo en Primera y en Europa. La calamitosa gestión de Al-Thani está llevando a Málaga al desastre futbolístico e, irremediablemente, siembra dudas sobre los proyectos que llegan desde Catar. La familia real de Catar y su 'holding' Al Alfia deberían valorar el riesgo y el impacto de credibilidad que les supone mantener como embajador futbolístico y empresarial en Málaga a una persona con tan poco crédito y prestigio como Al Thani, capaz de hundir al Málaga C. F.
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