Bocados de realidad
Un estudio genético realizado por la Universidad Católica de Lovaina y la Pompeu Fabra de Barcelona demuestra que los holandeses no vienen de los españoles. ... En Holanda abunda la gente alta, rubia, de ojos claros y en bicicleta, y cuando uno sale moreno y con patinete eléctrico se cree que desciende de los españoles de los Tercios de Flandes; no obstante parece que los soldados españoles no violaron tanto o que los soldados españoles no eran tan españoles. Algunos historiadores defienden que de los integrantes de los Tercios sólo el 20% eran españoles y el resto alemanes e italianos, aunque no existían ni Alemania ni Italia. Para compensar el descubrimiento hemos conocido otro estudio que confirmaría el canibalismo practicado en cuevas de El Torcal de Antequera allá por el Neolítico Antiguo. También se han realizado pruebas de ADN en los yacimientos de El Torcal y resulta que algunos eran parientes cercanos. Partiendo de la base de que el canibalismo está feo, no es lo mismo comerte a un señor que no conoces de nada que comerte a tu santa madre, como hizo un joven en pleno barrio de Salamanca el otro día. El barrio de Salamanca debe su nombre al marqués de Salamanca, un malagueño al que le fue bien en la corte mientras le fue bien. Se dedicó al negocio inmobiliario, entre otras cosas, y sus ganancias, y después sus deudas, se contaban en millones de reales.
En la corte malagueña no hay canibalismo pero a costa del negocio inmobiliario el Ayuntamiento parecía anteayer una cueva, con vecinos que querían comerse a la concejal Ysabel Torralbo y concejales casi masticándose entre sí. Se hizo un pleno monográfico sobre Villas del Arenal que se saldó con la petición de dimisión por un voto a favor de los concejales implicados. Faltaban dos de Ciudadanos (a uno dicen que se lo quiere comer Rivera y el otro se ha ido masticando) y Francisco Conejo, parlamentario andaluz, quien ya hizo una obra sin permiso en su casa, como también hizo la exjefa de Disciplina Urbannística que denunció el caso de obras sin ellos, y de concejales acusados de ralentizar sanciones para no castigar a personas que sólo querían sombra en su jardín, aunque ahorrándose pagos y normas. La época electoral es propicia para comerse al de la bancada de enfrente. Como suele ocurrir, la cosa está para que dimitan, sin embargo si dimiten y después un juez los absuelve in nómine patri o no va más allá y quién deshace entonces la deglución de los concejales comidos. He observado con detenimiento las fotos de los adosados y me llama la atención, más que las pérgolas ilegales, dos casas con los jardines muy descuidados. Hierbas altas y secas. Alguien del Ayuntamiento debería pasarse por allí por si hay algún problema. Al ampliar la foto esta pierde resolución, pero da la impresión de que estas dos casas también necesitan una mano de pintura, lo cual desluce la urbanización a vista de helicóptero, que es como nos han acostumbrado a verla.
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