Baños del Carmen, vergonzoso símbolo de la incompetencia

Eso sí, en cada elección que se celebra en los programas de todos los partidos siempre hay un hueco destacado sobre lo que van a hacer, o más bien no van a hacer, en la zona. Otra cosa son los presupuestos, pues en las cuentas públicas han aparecido y desaparecido partidas en las diferentes administraciones, aunque nunca se han gastado. Todo un clásico como el uso ciudadano del Guadalmedina, el antiguo Astoria o el parque de Arraijanal. Los vecinos de Pedregalejo, en un enésimo intento, han levantado la voz esta semana para decir que seis años después de que caducaran las concesiones no se ha hecho nada, lo cual no es noticia, porque no se ha hecho prácticamente nada desde hace 31 años. Bueno, sí, los políticos de todas las administraciones y de todos los colores políticos sí que han hablado mucho, diría que muchísimo, pero no han hecho prácticamente nada.

Han estado tirándose los trastos a la cabeza sobre quién tenía competencias para llevarlo a cabo y sobre todo, para ver quién tenía que pagarlo. Las propuestas han sido muy variadas, pues además de un parque y el restaurante, también se apuntó que podría ubicarse una escuela de vela, un puerto deportivo, un museo del mar en el edificio histórico e incluso se planteó que enfrente del restaurante se levantara un hotel para que los entonces concesionarios asumieran el coste de la rehabilitación. La idea se tumbó como muchas otras. Lo único que salió adelante fue su declaración como bien de interés cultural en enero de este año que está a punto de terminar. Paradójicamente el único avance ha sido darle una catalogación que lo que suele provocar es ralentizar aún más cualquier reforma que se quiera hacer sobre el inmueble en cuestión. Bravo, son unos burócratas magníficos.

Han convertido los Baños del Carmen en todo un símbolo del desastre administrativo y de la incompetencia política. Lo peor de todo es que la mayoría de los ciudadanos de la capital ya no se toma en serio cualquier cosa que se plantee sobre el enclave, simplemente porque están hastiados del tema y no se lo creen. Y es una pena, porque efectivamente esta zona que da paso al barrio de Pedregalejo podría convertirse en una de las más señeras de la capital y no se ha transformado ya en un sitio propio para okupas (ya hubo un momento en el que estuvo en esa situación) porque se mantiene abierto el restaurante, pese a que cada dos por tres queda inutilizado por los embates en cada temporal de levante.

A día de hoy, Costas tiene que terminar los proyectos del parque y de la playa que hay que regenerar, la Junta de Andalucía tiene pendiente la concesión del restaurante y de los astilleros Nereo, que tiene planteados varios pleitos judiciales lo que sin duda dilatará más la cuestión, y el Ayuntamiento tiene que determinar si va a poner pasta o no para la reforma del parque. Pero vamos, entiendo que este último párrafo sea lo de menos, porque por desgracia se tendrán que publicar aún cientos de noticias sobre los Baños del Carmen para ver que efectivamente su rehabilitación sea una realidad. De momento lo que se ha conseguido es que sea un vergonzoso icono de la burocratización y de la desidia de las administraciones. ¡Enhorabuena!...