EL ATHLETIC Y EL MÁLAGA C. F.
Lo reconozco: sentí envidia del Athletic. Y no por la victoria en el tiempo de descuento ante el F. C. Barcelona en los cuartos de ... final de la Copa del Rey en un Nuevo San Mamés repleto de aficionados rojiblancos y con un ambiente espectacular. Sentí esa envidia por ver cómo el equipo vasco, con sus luces y sus sombras, con sus éxitos y fracasos, ha sabido mantener su identidad como club en un fútbol hiperprofesionalizado. Lo de no fichar a jugadores que no sean vascos no pasa, en mi opinión, de una anécdota que difícilmente se puede trasladar a otro club. Eso sí, una anécdota con mucho mérito y sobre la que quizá se sustenta la fortaleza de un espíritu que trasciende en lo deportivo hasta convertirse en un sentimiento identitario muy poderoso.
Ahora que el Málaga C. F. vive por enésima vez en su historia una delicada situación, con un riesgo cierto de descenso (administrativo o deportivo) e incluso de desaparición, me pregunté tras ver el mencionado Athletic-Barça si el Málaga C. F. y Málaga serán capaces alguna vez de construir un club sólido, convincente y sostenible capaz de aglutinar las aspiraciones malaguistas, los éxitos deportivos y la solvencia económica. Málaga y el malaguismo se merecen otra cosa y han demostrado, como ciudad y como afición, su capacidad para sostener un club de primera.
Y entonces, yo que no soy ni un experto ni un forofo del fútbol, me imaginé qué bueno sería que la solución próxima del club blanquiazul pasara por la participación de empresarios y malaguistas que fuesen capaces de hacerse con la mayoría del club, profesionalizarlo con cabeza y convertirlo en un referente de la forma de ser y sentir malaguista.
El Málaga C. F. tiene hoy muchos novios y muchos grupos interesados en su compra. ¿Por qué? Porque el fútbol hoy no es necesariamente una máquina de perder dinero, porque ofrece una extraordinaria proyección social y porque, incluso, puede permitir ganar directa o indirectamente dinero. Pero una vez vista la experiencia de Al-Tani, capaz de lo mejor de la historia blanquiazul y también de lo peor, no llama nada la atención la llegada de otro millonario más o menos excéntrico.
A la jueza que lleva la denuncia de los socios minoritarios no se le puede pedir más que aplique la norma y la Ley. Y si esta fuese beneficiosa para los intereses del Málaga C. F. y del malaguismo, lo ideal sería que ese administrador concursal fuese el comienzo de algo nuevo, algo grande, malagueño y malaguista. Y ello sólo es posible con personas nuevas, solventes, profesionales, sin servidumbres en su mochila ni pasado dudoso y de reconocido prestigio que, desde la profesionalidad y el malaguismo sean capaces de construir el nuevo Málaga C. F. que todos soñamos. Un Málaga C. F. de los malagueños, de los malaguistas y con un modelo vertical que arranque de verdad desde la cantera y fuese capaz de arraigar en las emociones de un proyecto común. Ojalá.
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